Mensaje en la botella

Córdoba y su contingencia

No digo que Córdoba sea ¡un sin dios!, pero se lo habríamos puesto fácil al maestro Cuerda

Pues como se nos ha ido para siempre José Luis Cuerda, podría yo hablarles de Dostoyevski, ya que, por respeto, de Faulkner, de William Faulkner, no procede. Vaya por delante que un servidor es más de Total que de De amanece que no es poco, pero reconozco la dimensión que ha generado la obra maestra amaneceísta en el tiempo. Con un planteamiento absurdo, humor ácido y costumbrismo, Cuerda creó un universo surrealista que, en ocasiones, tampoco difiere tanto -con los matices que quieran- de nuestro día a día.

Y con esa mirada un tanto lenguaraz del genial albaceteño, bien podríamos repasar algunas cosillas que han pasado esta semana en esta Córdoba nuestra. Así, nos preocupan de nuevo las cifras del paro, con un enero nada halagüeño, pero a la vez resulta que ganamos nuevas empresas según el estudio de la Cámara de Comercio y de la Diputación. Y a ello se une que Córdoba es la provincia con mayor tasa de conversión de contratos indefinidos del país, según un estudio Randstad. Igual tiene algo que ver con "el materialismo dialéctico". Quién sabe.

Sacamos pecho de nuevo con la cifra total de turistas, con un récord histórico de visitantes. Motivo de orgullo para todos y un acicate para que el sector trabaje más unido que nunca. Sin embargo, vemos cómo nace un nuevo colectivo de empresarios ligado al turístico y el que ya existe pide dimisiones de políticos por criticar sus acciones. Serán las cosas "del libre albedrío, que viene aquí pintiparado".

También se ha dejado ver por aquí el consejero de Presidencia de la Junta, Elías Bendodo, que es el que más manda en el nuevo Ejecutivo autonómico, para decir que Córdoba es una "prioridad" para el Gobierno andaluz y que tenemos un alcalde que defiende "con uñas y dientes" los intereses de la ciudad. Lo que no sé es si, en esa alabanza tan visceral hacia la figura de José María Bellido, a Bendodo se le escapó -en privado, eso sí- aquello de "viva el munícipe por antonomasia".

Y además de todo esto, al rector de la Universidad de Córdoba -cuyo alumnado, dicho sea de paso, es de los que más rinde en Andalucía- no le gusta ahora que haya confrontación política en las universidades, mientras que nuestro obispo presume de ecologismo, apela a la necesidad de actuar contra el cambio climático y advierte de que, en ocasiones, "no es fácil frenar los intereses egoístas de quienes tienen y manipulan los recursos de la tierra". ¿Y los bares? Pues los de El Carpio se ponen en huelga ante lo que consideran una competencia desleal por parte de cofradías y colectivos.

No digo yo que esto que pasa en Córdoba sea ¡un sin dios!, pero se lo hubiéramos puesto fácil a Cuerda para uno de sus guiones. Una pena que el maestro ya no esté. Porque todos somos contingentes, pero él era necesario. Decía que "nacemos para toda la vida. Cada cual la suya, salvo error u omisión".

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