Rajoy ha sido muy contundente ante el desafío independentista. El presidente tranquilo, como ocurría con el hombre tranquilo de John Wayne no lo era tanto, se ha mostrado como un hombre duro ante quienes no acatan la ley.

Lo hizo al leer la declaración institucional en la que expresaba su punto de vista frente a los rebeldes y exponía las medidas que había tomado para neutralizar las decisiones tomadas por un parlamento y un gobierno autonómicos que dieron razones sobradas para recibir los calificativos reservados para los dictadores. Aparte del carácter autoritario que demostraron el miércoles al promover la ley de referéndum contra viento y marea, han continuado en la misma línea con la carta amenazante a los alcaldes para que no cedan espacio para convertirlos en colegios electorales, o a los ciudadanos que se nieguen a formar parte de las mesas.

Rajoy se siente seguro de sus decisiones porque cuenta con el apoyo de los dos partidos con los que mantienen fuertes diferencias pero defienden sin fisuras la Constitución, PSOE y Ciudadanos, pero también porque funcionan las instituciones judiciales, con la Fiscalía General y el Tribunal Constitucional en primera línea. No olvidó Rajoy elogiar a los funcionarios que han plantado cara a los independentistas, a los que ha ofrecido todo su apoyo, que lo necesitarán visto el tono del comunicado que firman Puigdemont y Junqueras. Al vicepresidente de la Generalitat se le consideraba el sustituto natural de Puigdemont en el Palau, se le suponía más cordura que al actual presidente, pero en las últimas horas han quedado igualados en insensatez y en incumplimiento de las leyes. Nada que ver con lo que hacen los políticos en democracia.

No están saliendo bien las cosas a los independentistas, porque la reacción de quienes defienden la legalidad ha sido unánime, firme y decidida respecto a que no se puede ceder ni un milímetro ante quienes actúan como actúan los dictadores. Incluso han provocado, con su acto innoble en el Palau y la convocatoria de un referéndum ilegal, que el presidente del Parlamento Europeo, Antonio Tajani, se haya saltado la posición de la UE de mantenerse al margen de la polémica independentista catalana al considerarla un problema interno de España, para hacer público un comunicado en el que, entre otras cosas nada agradables para ellos, advierte a los independentistas que su actitud es contraria a lo que defiende la UE. Por si alguien daba por cierta todavía una de las muchas mentiras que repiten Puigdemont y los suyos: que, una vez fuera del yugo español, serían acogidos con los brazos abiertos en la Unión Europea.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios