Cambio de sentido

Comparecer

El Rey calla cuando más necesita decir que nada tiene que callar. ¿Qué tal si concediera una entrevista?

Cuando enseño, aprendo. Lo supe en mi etapa de docente universitaria, y antes aun cuando, durante varios años formé parte en Madrid de un equipo dedicado a asesorar en comunicación a corporaciones gordas y a políticos más gordos aún. No revelaré la nómina de dirigentes de partidos y cargos públicos que recibieron formación de portavoces, pero sí les aseguro que no hay político de primera línea al que no se le prepare y diseñe una estrategia comunicativa, por muy despendolada que parezca. Argumentarios, mensajes clave, análisis DAFO, pruebas de telegenia, plan de crisis, marketing político, formación en ruedas de prensa, imagen… en aquel tiempo aprendí todo lo que me niego a aplicar a mí misma, pues mi camino es otro. Cuando escucho comparecer al presidente, al Rey, a la ministra portavoz, al de Sanidad et al., no puedo evitar entrever lo que hay detrás del escenario de corchopán, entre bambalinas. Rajoy -que se nos antojaba torpón- era un crack en la fórmula respuesta-puente-mensaje: preguntan algo que no quiero responder + doy una respuesta breve y ambigua + busco una manera de relacionarlo con lo que quiero decir + digo lo que quiero decir. Dudo mucho que el perfil comunicativo de Díaz Ayuso y sus fotos de dolorosa de Martes Santo (y su capacidad para lograr que cada vez que hable den las doce) sean, además de arriesgadas, casuales: tiene un Máster en Comunicación Política y su fiel escudero es el consultor MAS. También me cabe poca duda, en el terreno de la comunicación empresarial, acerca de si la imagen que ha escogido El Corte Inglés para anunciar la vuelta al cole haya sido una apuesta o un derrape. Ha logrado viralizarse, con un impacto en prensa y en redes que jamás lograría la mera campaña publicitaria.

Digo todo esto porque quiero hacer notar dos tiros por la culata en estrategias de comunicación en estos tiempos de crisis de virus y coronas: el Rey no llega y el presidente se pasa. En la rueda de prensa de Pedro Sánchez en Marivent, percibí el cansancio de la prensa y la audiencia. Hizo bien en comparecer a menudo durante el estado de alarma, pero hubo entonces largas peroratas que debía haber dejado a los técnicos. Mientras, el Rey calla demasiado cuando más le hace falta mostrar que nada tiene que callar. ¿Veremos alguna vez a Felipe VI conceder solemnemente una entrevista a un medio de prestigio? Le damos -y de gratis, qué exceso- esta idea.

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