Elena Medel

Ciencias exactas

Fuera de cobertura

01 de marzo 2009 - 01:00

DOS por tres son seis, y cuatro diez: las matemáticas no fallan. Viernes y sábado equivalen a uno más uno, igual a dos; y dos por cincuenta y dos, las semanas que ocupan el año, resultan ciento cuatro. Añadan muchos jueves -más unos-, la semana completa en vacaciones de Semana Santa, verano y Navidad, quincenas enteras durante una exposición, y nos zambullimos sin problema en ciento cincuenta. El resultado asciende al número de días ocupados por actividades culturales en la sala Freaktown, un bar que ha sido -es- más que un bar: un local que ha desarrollado temporada tras temporada un cartel cuyo número y frecuencia en la organización de actos culturales suenan extraños en la empresa privada, escogiendo no sólo no cerrar en julio y agosto, por ejemplo, sino mantener durante esos meses su programación habitual, o apostando por los nombres que comienzan en cualquier disciplina, y que por tanto carecen de garantías de llenar el espacio y la barra, recompensándolo con talento.

Resultaría interesante listar los artistas noveles que se han estrenado o curtido en su escenario; no sólo grupos de música, sino también djs, gente del teatro o de la literatura que han subido sus pequeñas escaleras, han empuñado el micrófono, y han crecido. Esta apuesta por la cultura porque sí, porque un bar puede ofrecer más que horario tardío de cierre y cubitos de hielo, y sin ningún tipo de colchón público, sin subvenciones ni logos que aliñen su publicidad, ha distinguido desde el primer día la iniciativa de Rafa y Jesús. La otra es el trato, la implicación máxima por parte de Jesús y Rafa: yo misma la he vivido, gracias a las fiestas que desde La Bella Varsovia organizábamos allí, y como espectadora en innumerables conciertos, en espectáculos teatrales o monólogos, en el primer trasnoche de Cosmopoética allá por 2006, sin duda el mejor de todos en cuanto a ambiente del público y trato del personal hacia los participantes.

Al hablar sobre las deudas pendientes de la cultura en Córdoba solemos citar, infraestructuras aparte, la implicación desde el ámbito privado. La excepción que confirma la regla, con más de mil citas culturales a cuestas, cerrará sus puertas el próximo sábado 21 de marzo: un pequeño local en Alhaken II, cuyo aire original y diferente se percibe con sólo asomarse, que nos ha puesto en bandeja alternativas culturales -y reales- para el ocio, de calidad, de aquí y de allá. Seis años y medio de actividad ininterrumpida habrán contemplado la historia de Freaktown; un proyecto hermoso, valiente, que toca a su fin por el capricho de los alquilantes. Freaktown baja su persiana, para no subirla jamás: ¡larga vida!

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