Mucho se ha hablado esta semana de la cementera Cosmos, y lo que queda a tenor de cómo se está caldeando el ambiente. Finalmente, la Gerencia Municipal de Urbanismo (GMU) ha dado el paso inicial que derivará en que la fábrica no podrá valorizar en su actual ubicación, ya que esa acción sólo estará permitida en la zona de la Campiña. El acuerdo, como se esperaba, no ha sido unánime, sino que ha contado con el apoyo de PSOE, IU y Ganemos, mientras que el resto de grupos (PP y Ciudadanos) se opuso. Entre tanto, el presidente de la Confederación de Empresarios CECO lanzó un nítido mensaje a favor de la empresa en el foro Asfaco y la Junta de Andalucía también ha querido dejar claro que la sociedad cuenta con toda la normativa vigente en materia ambiental y que, por tanto, todo lo que hace cumple con la legalidad. Mientras, los trabajadores alertan de que sus puestos de trabajo corren un serio riesgo y se movilizan de nuevo en contra del Ayuntamiento.

A todo esto, la delegada del Gobierno de la Junta, Rafaela Crespín, pegó un tirón de orejas importante el viernes a la Gerencia de Urbanismo -y por ende a su presidente, Pedro García- en el sentido de que entiende que la GMU ejerce en ocasiones como portavoz de la Administración autonómica en el asunto de Cosmos y dejó muy claro que la empresa "tiene todos los permisos necesarios para hacer lo que está haciendo".

Y es en este punto donde tal vez todo el mundo debería reflexionar más y enredar menos con el caso de la cementera. En primer lugar, se trata de una sociedad que desarrolla una actividad perfectamente legal en el lugar en el que está desde hace años y cumple con todas las exigencias administrativas y ambientales para ello. Su vinculación con Córdoba está fuera de toda duda.

En segundo lugar, en la ciudad se ha generado un debate en torno a Cosmos por un posicionamiento político por parte de los actuales gestores del Ayuntamiento, como son PSOE e IU. Esa postura la ha liderado -con el beneplácito de la alcaldesa, Isabel Ambrosio (PSOE)- el actual presidente de la Gerencia y coordinador provincial de IU, Pedro García, quien se ha propuesto resolver lo que considera un conflicto, pero que insisto, no deja de ser el resultado de una legítima cuestión ideológica. Si ellos consideran que Cosmos debe de estar fuera de ordenación, pues adelante, tienen todas las herramientas para hacerlo, pero deben tener claro que es de ellos y sólo de ellos (junto con Ganemos Córdoba) la responsabilidad de la decisión, tanto para lo bueno como para lo malo. Tratar de vestir el asunto como si fuera fruto del consenso es un error. Se creó una mesa de diálogo que a la vista está que ha servido para bien poco, cuando la decisión estaba ya tomada, y cuyas conclusiones parece que no contentan a nadie.

Hay muchas voces a favor de que Cosmos siga tal y como está y otras que abogan por un cambio. Pero repito, tratar de repartir responsabilidades en las decisiones por si las cosas no salen todo lo bien que uno quiere no es el camino. Las consecuencias se verán en el futuro y, como siempre, el tiempo dirá si se acertó o no. Y es que mezclar churras con merinas es tratar de confundir.

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