En el tejado

F.J. Cantador

fcantador@eldiadecordoba.com

Castillos en el aire

El renacimiento del Castillo de Belalcázar es ya un hecho. Diez años después de su compra a la familia Delgado, en 2018 la Junta de Andalucía inició una primera fase de restauración de esta fortaleza del gótico tardío que cuenta con la Torre del Homenaje más alta de la Península Ibérica -con más de 47 metros-. Esa primera fase está concluida y los presupuestos de la Administración autonómica para 2020 incluyen más de 300.000 euros para su musealización. Esa reforma va a permitir que sea visitable ese castillo que le dio nombre a un pueblo -al de la frontera cordobesa con Extremadura donde se levanta desde el Medievo- y a un condado -merced al título nobiliario que Enrique IV de Castilla le otorgó en 1466 a Alfonso de Sotomayor, quien curiosamente no vio la fortaleza terminada-. Cuenta la leyenda que fue la Reina Isabel la Católica quien bautizó, casi sin querer y con un comentario referido al castillo, a un municipio que hasta entonces se llamaba Gahete. "¡Que bello alcázar tenéis, señor conde!", dicen que le comentó la Reina a quien también era duque de Béjar y marqués de Gibraleón -mecenas de El Quijote, algo de lo que dejó constancia Cervantes en su dedicatoria de la obra-.

Pero dejemos la historia aparcada y centrémonos en el presente. Belalcázar y Los Pedroches están obligados a saber aprovechar el potencial turístico que debe traer consigo esa recuperación. Desconozco la fórmula. No sé si es el propio Ayuntamiento de Belalcázar el que debería llegar a un acuerdo con la Junta para gestionar la explotación de las visitas al monumento, teniendo en cuenta que la fortaleza no debe ser solo en un espectacular mirador -ubicado en su Torre del Homenaje- desde el que contemplar las partes de tres comunidades autónomas -Andalucía, Extremadura y Castilla La Mancha- que desde esa altura se divisan. Debe tener muchísimo más contenido que eso y que un museo y convertirse, junto con el convento de Santa Clara de la Columna -también ubicado en Belalcázar y segundo monumento más importante de la provincia tras la Mezquita-Catedral- en la piedra angular de un turismo rural patrimonial que los políticos vienen vendiendo desde hace décadas como panacea y que no acaba de despegar. Parte de culpa de esa falta de despegue la tienen los localismos. Hace unos días leí unos comentarios de ciertas personas de gatillo fácil en las redes acusando a una empresa privada que realiza visitas guiadas, entre otros lugares, al convento de Santa Clara, de llevarse a los visitantes a comer a Hinojosa, "dándole riqueza al pueblo vecino y perdiéndola Belalcázar", cosa que no es cierto y, aunque lo fuera, se trata de una empresa privada, criticada en este caso por talibanes localistas que luego no lo son tanto cuando se trata de algo propio. O abrimos más la mente y las ideas o los castillos seguirán en el aire.

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