Mensaje en la botella

El Cabril en el punto de mira

Ningún gobierno, de cualquier ideología, va a plantear otra alternativa a El Cabril

La crisis energética actual no ha alterado los planes del Gobierno de cesar en la generación eléctrica mediante el uso de energía nuclear en 2035. El Ministerio para la Transición Ecológica ha sacado a información pública -por fin- la hoja de ruta para gestionar el desmantelamiento de las centrales nucleares, los residuos radiactivos y su estudio ambiental estratégico. Se trata del Séptimo Plan General de Residuos Radiactivos, cuya aprobación final "requerirá necesariamente de un alto grado de consenso social, político e institucional, además de una buena valoración técnica y un marco de participación pública", según el Gobierno. ¿Y eso qué significa? Pues que hay que ir preparando el centro de almacenamiento de El Cabril para una llegada "creciente" de residuos nucleares de media, baja y muy baja actividad. Este espacio, localizado en la Sierra de Albarrana, en Hornachuelos, es el único de su tipología en España, lo que quiere decir que toda la basura nuclear que salga del desmantelamiento de las centrales y que se adapte a las características de la instalación, vendrán a la provincia. Otra cuestión muy distinta es qué hacer con los restos de alta actividad, para lo que el Gobierno debe decidir lo que quiere.

Y cuando se habla de preparar El Cabril significa afrontar una ampliación de sus celdas, porque el volumen que generarán las centrales nucleares -además del resto de residuos de otro tipo de industrias- obliga a ello. De lo que va a resultar difícil escapar es del eterno debate sobre si hay que aumentar, o no, la capacidad de El Cabril, una situación en la que, por regla general, quienes están a favor y en contra suelen apoyarse en argumentos más demagógicos que otra cosa, sin que al final se llegue a una conclusión clara para convencer a la ciudadanía.

No obstante, hay una serie de hechos que no dejan lugar a la duda. El primero es que ningún territorio se siente cómodo con un complejo que almacene restos nucleares. Córdoba tampoco, pero en su día se eligió este emplazamiento sin consultar a casi nadie. En segundo lugar, en España hay -guste o no- centrales nucleares que generan energía. Ahora se ha decidido cerrarlas, pero ello implica que hay que buscar una solución segura a los residuos que generan y, como se ha dicho, El Cabril es la única para el material de media, baja y muy baja actividad.

Este es el panorama y más allá de agarrarse a una pancarta u otra, lo que la sociedad cordobesa debe tener claro es que este gesto solidario de albergar un complejo como El Cabril debe tener un reconocimiento social por parte del resto del país y también en forma de compensaciones por parte del Estado. Porque ningún gobierno, de cualquier ideología, va a plantear otra alternativa que no sea la de aprovechar el centro de almacenamiento de Hornachuelos. Eso no significa resignarse, sino pedir lo que en justicia le corresponde a Córdoba.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios