La colmena

Magdalena Trillo

mtrillo@grupojoly.com

Becas para ricos

¿Tenemos claro qué significa "ser rico"? Porque para muchas familias ser de "clase media" supone no llegar a fin de mes

Les voy a decir la verdad. Me encantaría que el proyecto de Ayuso de extender las becas a familias de clase media-alta fuera viable. Me daría envidia la Comunidad de Madrid. Sería la constatación de que una España madura y de progreso (no hablo de ideologías sino de bienestar) se habría impuesto al país en blanco y negro que nos legó Franco. Porque significaría que los hijos de albañiles, agricultores y fontaneros, todos los que pudimos quebrar el destino de nuestras familias haciendo carrera en la universidad, dejaríamos de ser los "parias" y "subvencionados" del sistema educativo. Ya no sería una cuestión moral de garantizar la igualdad de oportunidades, sino una política de redistribución que podría permitirse conceder becas a chavales que estudian Bachillerato en centros privados con familias que ingresan 100.000 euros al año.

Una de las últimas medidas del Gobierno socialista de Susana Díaz en Andalucía fue extender la gratuidad de la enseñanza pública a la universidad. Y fue una conquista social. Aunque es evidente que la medida "ultraliberal" de la presidenta de Madrid cruza todas las líneas rojas que hasta ahora separaban lo público y lo privado, tal vez haya llegado el momento de aplicar ese mismo "sentido común" al que apela la ministra de Educación y preguntarnos si, realmente, son "becas para ricos". Con una inflación de dos cifras, una presión fiscal de las más altas de Europa y unos sueldos precarios que nos hacen perder poder adquisitivo cada día, ¿tenemos claro lo que significa "ser rico" en España? Porque para muchas familias ser de "clase media" supone no llegar a fin de mes.

Ahí está el problema de fondo que no queremos ver, el brutal empobrecimiento al que nos estamos enfrentando, y ahí está la razón última por la que no podemos permitirnos que Robin Hood invierta el sentido de sus robos. Que el Gobierno de Pedro Sánchez esté dando un giro a la izquierda tras el revolcón del 19-J tiene una razón de estrategia política, con vistas a las generales y municipales de 2023, pero también de marketing. De pura supervivencia. Mil millones para Defensa el mismo día en que se aprueba la estabilización de 67.300 interinos sanitarios. La contradicción es sólo en apariencia: a lo primero nos ha obligado Putin; lo segundo es un tirón de orejas de la Comisión Europea.

Acaban de llamarme de mi centro de salud para recordarme que hace dos años que no me hago una citología. Me han dado cita para el lunes. Seguro que es una excepción, pero ése es el país en el que me gustaría sentirme orgullosa de vivir.

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