Bache aéreo

Airbus aumentará los aviones producidos en Toulouse y Hamburgo y disminuirá los de Andalucía

Al presidente Griñán le gustaba contar una anécdota de Macmillan, primer ministro británico de 1957 a 1963. Cuando dimitió le preguntaron qué había sido lo más difícil y contestó "los acontecimientos". A su sucesora los acontecimientos le han desconchado esta semana uno de los esmaltados mensajes para la propaganda del 28 de febrero. Ese que sostenía que ya se había producido un cambio en el modelo productivo regional, porque exportábamos más aviones que aceite de oliva. Airbus ha anunciado una reducción de 3.700 empleos en Europa, por los retrasos en la comercialización del super jumbo A380 y del transporte militar A400M que se ensambla en Sevilla. Aquí se producirá el mayor ajuste de los 850 trabajadores que la compañía quiere excluir en España.

Airbus supone más de dos terceras partes de la facturación del clúster aeroespacial andaluz, según datos de la Fundación Hélice de 2016. El sector también trabaja para la otra grande (Boeing) y las dos medianas (Bombardier y Embraer), pero las tres juntas son la décima parte que el gigante europeo. Airbus tiene pedidos por valor de un billón de euros, pero su superventas es el A320, del que se van a hacer ahora 60 aviones al mes en Toulouse y Hamburgo. Mientras, se reducirá la producción del A400M a ocho unidades al año en 2019. Oferta y demanda.

Esta industria tractora ha consolidado numerosas empresas autóctonas de gran reputación como Alestis, Aertec, Sofitec o Airgrup, que fabrican estructuras, equipos de navegación, piezas de fibra de carbono o sistemas hidráulicos. Los políticos no necesitaban abultar la participación del sector en el PIB regional para darle más lustre. No hacía falta inventarse éxitos: 2017 fue buen año para la economía andaluza en crecimiento, empleo y exportaciones.

Pero a Andalucía le urge encontrar un modelo de innovación. Se diseñó uno durante la presidencia de Chaves, con la segunda modernización, concentrando en una sola consejería innovación, ciencia y empresa. Aquella red de centros tecnológicos se la llevó por delante la crisis. Ahora para reestructurarla hay dos consejerías en competición: Empleo e Industria y Economía y Conocimiento. Entretanto, la estrategia de innovación hasta 2020, recogida en 200 páginas bajo la presidencia de Griñán, está por hacer. Y está pendiente la convocatoria de los fondos RIS3 de la UE. Son ayudas europeas para el periodo 2014-2020, pero ya estamos en 2018.

Y de pronto, esta semana la Junta ha vuelto a mirar a la agricultura con más respeto. Pero ese acontecimiento lo veremos mañana.

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