Los nacionalistas radicales vascos ofician con tal perfección la liturgia de lo abyecto que siempre logran el efecto que su historia, actitudes, opiniones y estrategias provoca en cuantos tengan un mínimo, siquiera un mínimo, de conciencia: el vómito. Lo han vuelto a lograr. Miembros de Sortu y EH Bildu (uno de los apoyos del gobierno de Sánchez) se reunieron ante la puerta de los juzgados de San Sebastián para jalear al ex jefe de ETA Mikel Antza expresando su "apoyo y solidaridad" al terrorista que fue condenado por la justicia francesa a 20 años de prisión como jefe político de ETA.

El jefe etarra Mikel Antza acudía a declarar sobre su presunta implicación en el asesinato de Gregorio Ordoñez. Y los que le aguardaban ante la puerta de los juzgados le mostraban su "apoyo y solidaridad". El jefe etarra Mikel Antza es el que más tiempo estuvo al frente de ETA, desde 1993 a 2004, años en los que ETA asesinó a 112 personas, entre ellas a Miguel Ángel Blanco, Gregorio Ordóñez, Múgica Herzog, Tomás y Valiente, Jiménez Becerril y Ascensión García, Fernando Buesa, el doctor Cariñaños o Ernest Lluch, además de perpetrar los atentados de la plaza de Ramales y del puente de Vallecas. Y los que le aguardaban ante la puerta de los juzgados le mostraban su "apoyo y solidaridad". El magistrado le retiró el pasaporte al jefe etarra Mikel Antza por considerar "fiable y verosímil indiciariamente" su relación con el asesinato de Gregorio Ordóñez. Y los que le aguardaban ante la puerta de los juzgados le mostraban su "apoyo y solidaridad".

Portaban una pancarta en la que se leía "Solución y paz". Traducido a un lenguaje no blanqueador del terrorismo quiere decir "impunidad y olvido". La memoria histórica no parece tener nada que decir aquí: está más (o únicamente) interesada en los crímenes cometidos hace entre 85 y 46 años por el franquismo que en los ejecutados hasta hace solo 11 por el terrorismo vasco, cuyos dirigentes y asesinos son reivindicados por sus herederos políticos. Aimar Altuna, uno de los concentrados, manifestó: "La izquierda independentista ha dado pasos, está dando pasos y seguirá dando pasos hacia la paz, la convivencia y para una solución democrática con el conflicto que tenemos con el Estado" frente a "los que siempre siguen intentando obstaculizar ese camino". Ese camino es el de la reivindicación de los verdugos y el olvido de sus víctimas.