En el tejado

F.J. Cantador

fcantador@eldiadecordoba.com

Ángeles versus demonios

En estos tiempos en los que salen a la luz innumerables casos de pederastia en el seno de la Iglesia Católica -casos abominables que tienen como protagonistas a demonios vestidos con sotana y que también abominablemente han sido y son tapados- quiero romper una lanza en favor de aquellos miembros del clero que tienen su labor evangelizadora y su ayuda desinteresada a los demás como ley de vida, sin dobleces, sin engaños, con humildad y haciendo en ellos carne el mensaje de Jesús de Nazaret en el que creen a ciegas y que da sentido a sus existencias.

A los primeros sólo les recordaré un pasaje bíblico. Aquel que reza que "dijo Jesús a sus discípulos: Es inevitable que haya escándalos, pero ¡ay de aquel que los ocasiona! Más le valdría que le ataran al cuello una piedra de moler y lo precipitaran al mar, antes que escandalizar a uno de estos pequeños" (Lucas, 17,1-6). Y a aquellos que los tapan creo que no hace falta que les diga que están siendo cómplices de crímenes contra la Humanidad. Flaco favor les hacen a una Iglesia de parroquias cada vez más vacías quienes llevan esa doble vida y quienes acaban mirando para otro lado cuando suceden esos condenables comportamientos que dejan marcadas a las víctimas.

Esos demonios contrastan con verdaderos ángeles como el misionero salesiano de Pozoblanco César Fernández -asesinado hace unos días en un ataque yihadista en Burkina Faso- o el también cordobés obispo de Bangassou, Juan José Aguirre. Ellos son Iglesia de verdad frente a la Iglesia de mentira que representan quienes vejan -por suavizar el término- al prójimo. Juan José Aguirre es obispo de la Diócesis de Bangassou desde hace más de dos décadas. El país centroafricano está en guerra desde 2013 y, desde entonces, el prelado ha visto morir a centenares de personas, al igual que ha visto la marcha de entidades sociales e incluso de Naciones Unidas, que se han ido tras ser testigos de los miles de asesinatos que se están registrando por parte de grupos terroristas. Sin embargo, él se mantiene allí jugándose la vida día a día por la misión. "Estamos viviendo la misma situación que César", detalló hace unos días con motivo de la presentación de la tradicional comida que cada año celebra en Córdoba la Fundación Bangassou -tendrá lugar el próximo 9 de marzo en el Real Círculo de la Amistad- para recaudar fondos destinados a los proyectos que lleva a cabo en ese país. Mientras, César Fernández ha vivido más de cuatro décadas dedicado a los demás también en África hasta acabar dando su vida por la misión. Ambos son ejemplos de los muchos ángeles misioneros que hay repartidos por el mundo, ángeles que suman credibilidad con sus comportamientos humanitarios a una Iglesia a la que, a la vez, restan credibilidad los demonios pederastas.

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