La Bolsa española cerró ayer con una mínima subida del 0,04% y se quedó de nuevo al borde de los 8.000 puntos, una cota que no alcanza desde marzo, antes de que se desatara la epidemia de coronavirus en Europa.

Los inversores se encontraron con estímulos contrapuestos: en el lado positivo, los avances en el desarrollo de las vacunas para prevenir el coronavirus y el crecimiento de la actividad empresarial en EEUU; y, en el negativo, la expansión de la epidemia y la contracción de la actividad empresarial en Europa.

El principal selectivo nacional, el Íbex 35, ganó ayer 3,3 puntos y terminó la sesión en 7.981,2 puntos. La semana pasada, el Ibex llegó a cerrar dos días más cerca de los 8.000 puntos: el 16 de noviembre, en 7.986,2; y el 18 de noviembre, en 7.981,5. En noviembre, el Ibex acumula una subida del 23,7 %, aunque todavía pierde un 16,4 % en lo que va de año.

Las mayores alzas correspondieron a la petrolera Repsol (7,85 %) y a dos valores relacionados con el turismo, la cadena hotelera Meliá (5,89 %) y el grupo de transporte aéreo IAG (5,6 %).

Por el contrario, los descensos más acusados fueron para la empresa de renovables Solaria (-3,94 %) y Telefónica (-3,79 %).

Fuera del Íbex, destacaron las subidas de Amper (13,29 %) y OHL (13,18 %), y las caídas de dos grupos de comunicación, Atresmedia (-5,15 %) y Vocento (-4,1 %), y de Tubos Reunidos (-4,91 %)..

El euro retrocedía frente a la moneda estadounidense y se cambia a 1,183 dólares. La rentabilidad del bono español a diez años, el de referencia, repuntaba hasta el 0,069 % después de haber tocado el 0,058 %, su nivel más bajo desde agosto de 2019.

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