Nadie habla de su situación, pero ahí está Teledeporte, farolillo rojo en el ranking de las audiencias de todas las TDT. Termina el año haciendo un día sí y otro también un 0,4%, un 0,3%, hace pocos días bajó hasta el 0,2% de cuota de pantalla. Entre sus cinco espacios más vistos de la jornada siempre se cuela Estudio estadio, la tertulia de 90 minutos que puede rozar sin dificultad los cien mil espectadores. A partir de ese techo, las cifras bajan considerablemente. Si lo programas más vistos registran cifras de 40.000 ó 50.000 espectadores, ¿a qué pozos se llegará en horarios menos agradecidos, como las mañanas o las madrugadas?

Dicen que a Teledeporte le faltan las transmisiones de pegada fuerte, esas que le han birlado a golpe de talonario los canales de pago. A mí, qué quieren que les diga, me interesan muchísimo más aquellas a las que pone el foco el canal público en abierto. En fechas recientes hemos tenido la oportunidad de ver el Mundial de Gimnasia, las pruebas de la Copa del Mundo de Patinaje desde Rusia y Vancouver, o los Mundiales de Piscina Corta en China. Me asombra que cualquiera de estos eventos apenas concite la atención de cuarenta mil espectadores, teniendo en cuenta que se ofrecen libres de cortes y pausas publicitarias, en una Alta Definición que es un primor. Pero la gente está obnubilada con las motos y con la Fórmula 1, con ese rugido de motores del que huyo como de la peste para evitar la ingesta de ibuprofeno. Ese circo por el que junto al todopoderoso fútbol los espectadores están dispuestos a pagar cuotas cieneuristas.

¿Cuál es el futuro de Teledeporte?

A mí me gustaría que su señal la ocupase, siquiera a tiempo parcial, un Canal Nostalgia a coste cero para rescatar joyas. Pero me resigno a que siga emitiendo con tal de que a nadie se le ocurra la idea de trasladar los contenidos de Teledeporte a La 2 ¡para subirles su audiencia! No, por favor.

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