Parecía que habíamos retrocedido un mes en el tiempo. Salvo por algún detalle como la invasión de gráficos, la noche de ayer en televisión fue similar a la del 28 de abril. Mismas caras, misma mecánica. Pero con más calma. No hubo margen para la novedad ni para la improvisación. Había desaparecido la tensión de hace un mes de no saber lo que iba a pasar. Y Ferreras feliz. "Hoy estamos viviendo un fenómeno político nada frecuente, inusual". Esa fue su primera frase de la tarde en La Sexta y la pronunció con media sonrisilla. Porque a él lo inusual le viene bien. Ferreras tiene en las convocatorias de elecciones a sus mejores aliadas. Debe ser de los pocos españoles que se alegra de que en los últimos años hayamos tenido que ir a votar en innumerables ocasiones. Tiró la casa por la ventana. Tuvo ocho mil pactómetros. Hasta conectó con Kichi en el barrio de La Viña, donde el candidato a la alcaldía gaditana seguía en un bar el partido del Cádiz FC. De nuevo se echó de menos la realidad aumentada que utilizó en la cobertura de las lecciones andaluzas el pasado diciembre. Para intentar suplir esa ausencia apostó por los gráficos. Tanto que a veces Ferreras y sus colaboradores se perdían entre tantos gráficos en la pantalla. Demasiados colores, demasiada apariencia de Teletexto.

Una vez más el presentador de La Sexta marcó tendencia. Los gráficos fueron los grandes protagonistas en todas las cadenas. Estuvieron presentes en exceso. Hay que alabar a quienes se encargaban del grafismo porque fueron los más trabajadores de la noche. Ferreras ha conseguido con coberturas de este tipo quitar protagonismo a Antena 3, la cadena principal del grupo Atresmedia. Por eso esta vez intentaron dar algo de peso a la hermana mayor con un especial de Espejo Público. Para ello Susanna Griso y Vicente Vallés también tuvieron música de intriga. Y gráficos. Aunque quedaron lejos del éxtasis de su compañero.

En La 1, como siempre, reinó ese estado de ánimo de cansancio y resignación. Ana Blanco y Carlos Franganillo ofrecieron una retransmisión en ocasiones más didáctica que informativa y el despliegue técnico no ayudó a hacer más amena la noche.

Canal Sur cumplió. De forma aburrida pero cumplió. Comenzó con los especiales antes que el resto de cadenas. Con algún que otro fallo en las conexiones en directo la autonómica andaluza hizo lo que pudo. Los siempre correctos Mabel Mata y Rafael Fernández estuvieron a la altura.

Lo de Telecinco y Cuatro sí que fue espectáculo. La primera con Supervivientes y la segunda con cine. Se demostró una vez más que desde Mediaset pasan de todo esto. Tienen muy claro su objetivo y prefieren hablar de los votos a la Pantoja que de los votos que cambian la vida de los ciudadanos. En definitiva, la tele fue un fiel reflejo de lo que supone la política en los ciudadanos. Algunos intensos, otros aburridos, otros como mero trámite y otros que no quieren saber nada.

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