Análisis

josé Martínez Olmos

Tercera ola y vacunas

El único camino para frenar la incidencia es asumir las medidas restrictivas

Estamos en el inicio de una tercera ola de la pandemia cuya intensidad dependerá de la respuesta que demos las autoridades sanitarias y el conjunto de la ciudadanía. El cambio de tendencia que hago ocurrido en toda España parte de una base de incidencia extremadamente alta y sucede, además, en un momento tremendamente importante ya que nos encontramos a las puertas del inicio del proceso de vacunación frente a la Covid-19.

Tras varios meses de desarrollo de la pandemia conocemos perfectamente que el incremento de incidencia sobre la base de haber perdido el control sobre el virus, conlleva necesariamente más casos de enfermedad, más ingresos en hospitalización general, más ingresos en las unidades de cuidados intensivos y finalmente, más casos de fallecimiento.

Mientras no dispongamos de tratamientos efectivos o de vacunas capaces de inmunizar de manera efectiva frente al coronavirus, es evidente que solo tenemos como arma poderosa la prevención de la enfermedad con las medidas conocidas y con la aplicación de confinamientos más o menos intensivos según el nivel de incidencia. La navidad es una época en la que sabemos que hay una enorme tendencia a la interacción social y en la que también, desde el punto de vista de la economía, arroja una gran capacidad de generación de actividad económica con lo que eso implica en relación al empleo y el crecimiento de la economía. Es, por tanto, un momento extremadamente complicado desde el punto de vista de hacer prevención de la pandemia y evitar el daño económico que las medidas de contención puedan suponer.

Pero es evidente que la única forma de conseguir la prevención de los efectos negativos que tiene en la salud de la ciudadanía una alta incidencia de la Covid-19, es abordar la aplicación de medidas restrictivas. Es el único camino útil a seguir. Debe considerarse, además, que en este caso, son medidas que deben ser aplicadas también por el hecho de que vamos a comenzar de inmediato la aplicación de la campaña de vacunación con las nuevas vacunas frente a la Covid-19.

La campaña de la vacunación frente al coronavirus va a comenzar en pocos días y va a tener que desarrollarse con el esfuerzo e implicación de miles de profesionales sanitarios (enfermeras sobre todo) de atención primaria; profesionales que están especialmente sobrecargados de actividad por la incidencia del coronavirus en los últimos meses. Es por eso que conviene que esta campaña se pueda desarrollar con la menor presión asistencial posible para conseguir lo que es el principal objetivo sanitario en este momento de la pandemia: tener la máxima cobertura del programa de vacunas para asegurar la máxima inmunidad frente al coronavirus.

Por este motivo, si somos capaces de articular medidas intensas de restricción de la actividad social que pueden ser adoptadas desde el ámbito de actuación de las autoridades sanitarias y a ello sumamos un comportamiento ejemplar en la aplicación de todas las medidas de prevención que conocemos que son eficaces para prevenir la infección por coronavirus, estaremos ayudando a disminuir la incidencia de la enfermedad y a disminuir la presión asistencial. Pero, sobre todo, estaremos ayudando también a favorecer la mejor aplicación posible del programa de vacunas ya que hoy, el objetivo esencial es asegurar que la vacuna llega a toda la población cuanto antes.

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