La mejora de las perspectivas sobre la recuperación económica global ha provocado un repunte de las expectativas de inflación. Los precios de las materias primas se ven impulsados por la gradual reactivación de la demanda, especialmente de China, al mismo tiempo que la escasez de suministros en el sector de semiconductores, entre otros, está incrementando la presión sobre los costes.

Los datos de IPC de marzo confirman estas expectativas, especialmente en EEUU, donde la inflación alcanza un 2,6% anual, apoyada en el avance de su vacunación, los fuertes estímulos fiscales y el mayor dinamismo en la creación de empleo. En las principales economías de la Eurozona se observa un repunte más suave, situándose las tasas todavía por debajo del objetivo del BCE de un 2%.

Sin embargo, la inflación subyacente (excluyendo alimentos y energía) se mantiene más moderada en términos generales, en una coyuntura donde el mercado laboral y el consumo interno están lastrados por las restricciones de movilidad, la incertidumbre y el aumento del ahorro.