España afronta una segunda ola de la pandemia con una situación que está realmente complicada en algunos territorios y ciudades entre los que pueden señalarse la Comunidad de Madrid, Navarra o Castilla y León o Andalucía.

El crecimiento continuo de la incidencia, que también se comienza a apreciar en diversos países de la Unión Europea, está generando diversos desafíos de enorme magnitud ya que cualquiera de las medidas de control cuando existe una transmisión comunitaria sostenida implican afectación de la actividad económica y social.

A todo esto, hay que añadir el continuo incremento de casos en la residencias de mayores que está condicionando la necesidad de ofrecer una atención hospitalaria en muchos casos, lo que está generando también una presión asistencial que condiciona el normal funcionamiento de los servicios de salud afectando la respuesta y la atención a otras patologías crónicas, que también son importantes. Ocurre esta segunda ola también en un momento en el que es importante asegurar la protección con la vacuna de la gripe estacional a millones de personas de riesgo ante esta enfermedad y, por lo tanto, un momento en el que necesitamos desarrollar una campaña vacunal que este año se ha anticipado para tratar de tener todos sus objetivos cubiertos con la anticipación necesaria para evitar los habituales memento de enorme presión asistencial de otros años.

La presión asistencial y el enorme trabajo que tienen que realizar los profesionales sanitarios es especialmente intenso ante esta segunda o la que comienza a golpearnos de manera bastante preocupante.

Ante este panorama, es conveniente el mayor esfuerzo posible por parte de las autoridades sanitarias para generar una respuesta que tenga el máximo el fundamento científico, contando con la colaboración de expertos que contribuyan con sus aportaciones a generar propuestas con el máximo consenso técnico posible ya que ellos ayuda a la disminución de la incertidumbre que la gestión de la pandemia como esta genera de manera inevitable.

Es imprescindible asegurar el refuerzo de los servicios de salud pública así como de los dispositivos de Atención Primaria para que los profesionales puedan atender adecuadamente la demanda y las necesidades de la población. No podemos dejar sin dar el apoyo necesario a los profesionales de los servicios de atención primaria que en muchos ámbitos de su trabajo se encuentran realmente desbordados y también muy afectados por la situación.

La coordinación de todos los servicios de salud es imprescindible para vencer esta segunda ola y, si además dotamos adecuadamente los servicios sanitarios con las necesidades y los recursos que sabemos que son imprescindibles, podremos prepararnos para evitar tener que afrontar en el futuro una tercera ola. Así que manos a la obra.