Cuando lean esto ya estoy liado, que hemos organizado un perolete, pero de campeonato, para este mismo domingo, vamos a ver si tenemos suerte y no nos llueve, que he visto por ahí algún mapa que no me ha gustado ni un pelo. Pero yo creo que no, y si caen cuatro gotas tampoco pasa nada, faltaría más, que en verano todo el mundo sale a pescar, o algo así dice el refrán ese que viene bien ahora.

Pero antes les quiero contar que al final le hice caso a mi hermana, y también a Cayetano, y el viernes por la noche invité a Soraya a tomarnos unas tapillas, y la verdad es que lo pasamos de lujo, pero bien de verdad. Eso sí, que lo dejo claro, que no fue por san Valentín ni narices, que fue una cosa porque me apetecía, porque se encartó así, y nada de flechas y corazones, que ya estoy yo muy mayor para eso, y no de años, quiero decir, de cosas vividas, ya saben ustedes lo que quiero decir. Pues como les dije, nos fuimos del barrio, que no estaba yo dispuesto a soportar la guasa de más de uno, que me los conozco y sé por dónde van, y antes de pasar un berrinche te quitas de en medio y todos tan contentos, me parece a mí. Que yo soy de esos que no entienden las películas de miedo, que cuando sienten el peligro van a su encuentro, cuando hay que hacer justamente lo contrario. Y eso es lo que hicimos, alejarnos del barrio, aunque para mí alejarme de San Agustín es ir al Realejo o San Cayetano, para que se hagan ustedes una idea. Al Pisto nos fuimos al final, allí en la Plaza de San Miguel.

La verdad es que es una de las tabernas más cordobesas que tenemos, y por eso más bonitas, pero tela marinera, que es un gusto estar allí siempre, y eso que barata, lo que se dice barata, no es, aunque tampoco es que te metan un sablazo, que todo lo que comes allí es de categoría, pero bueno de verdad. Yo cada vez que voy me paso media hora mirando las fotografías, y vaya gusto hacerlo con Soraya, que se sabe las historias de todo el mundo y le encanta contarlas, que es una enciclopedia de cordobesismo, una cosa mala. En fin, que sí, que lo pasamos de maravilla y no me arrepiento de haberle hecho caso a mi hermana y a Cayetano. Eso sí, no fue el 14, que ya estábamos a 15, las cosas claras. Aunque me hubiera dado lo mismo, no les engaño. Hasta la semana que viene.

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