Análisis

josé Martínez Olmos

Redes sociales y salud

Sanidad quiere intervenir en los consejos de los 'influencers'

Hemos conocido el trabajo desarrollado tanto por el Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos (CGCOF), como por el Ministerio de Sanidad a propósito de la demanda de medicamentos condicionada por influencers de la redes sociales que suman cientos de miles de seguidores. Especialmente sucede en YouTube y en Instagram, aunque también en el resto de redes sociales. Y es que la redes sociales se han convertido en una realidad en la vida de millones de personas y es algo que parece que ha venido para quedarse; algo que tiene sus aspectos negativos y también, algunos aspectos positivos. Como suele suceder con otros muchos instrumentos, depende el uso que le dé la sociedad.

A este asunto del estímulo al consumo de medicamentos se suman aquellas situaciones en las que se recomiendan determinados remedios ante situaciones de enfermedad y todo esto condiciona un riesgo real para la salud de las personas que se dejen influir por los comentarios y consejos de los influencers.

Ante esta situación, el Ministerio de Sanidad trabaja ya con la empresa Google y las redes sociales para que se eliminen los vídeos que recomiendan medicamentos. Es una iniciativa loable pero no exenta de dificultades, pero sin duda es una obligación de las autoridades sanitarias trabajar en esta dirección para mitigar la influencia negativa de este tipo de comentarios y consejos difundidos en las redes sociales.

La lucha frente a las pseudosciencias y frente a estas influencias es un asunto de importancia mayor en el que se requiere también la colaboración de las organizaciones profesionales y sociales para evitar el daño que tienen estas prácticas en la salud. Es de agradecer la colaboración del CGCOF y de aquellos medios de comunicación que se han implicado en este caso de los influencers.

Pero es y a realidad que las redes sociales han venido para quedarse y que en ellas, millones de personas cada día navegan muchas horas al día y de ellas nutren mucha información sobre asuntos de todo tipo. Además de luchar frente a este fenómeno y reclamar la colaboración de las empresas que gestiona estas redes, se deba plantear un uso en positivo más intenso de las redes sociales y una colaboración de las empresas para difundir información y consejos positivos para la salud, basados en evidencias y difundidos por influencers en la medida de lo posible.

En materia de educación para la salud, las redes sociales y las personas con influencia social son un potencial inmenso para fomentar los hábitos de vida saludables y para alertar de los productos y las conductas que son nocivas para la salud. De hecho, ya es una realidad el uso de redes sociales por instituciones sanitarias y organizaciones sociales. No es algo nuevo aunque si que, quizás, se requiera la articulación de una estrategia específica que si está bien organizada y ejecutada puede convertir a las redes sociales en un espacio con gran potencial para beneficiar la salud de la población.

De manera constante, deben actualizarse los procedimientos y los cauces para asegurar una adecuada educación e información para que la sociedad pueda beneficiarse en el mantenimiento y fomento de su salud. En el caso de las redes sociales, se requiere la incorporación de expertos que ayuden a autoridades y a organizaciones profesionales a sacar el máximo rendimiento en este medio. Es de agradecer el trabajo del CGCOF y del Ministerio en este asunto.

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