La última ola de la pandemia, junto a la política cero covid, han frenado la senda de crecimiento de la economía china. Un hecho reflejado en la evolución de sus indicadores adelantados de enero, retrocediendo el PMI de IHS Markit del sector manufacturero a terreno de contracción ante la menor demanda externa. Adicionalmente, la industria se ha visto afectada negativamente por las medidas de contención del virus que han generado nuevos retrasos en las cadenas de suministros.

En el caso del sector servicios también se observó un significativo descenso de la actividad debido a la atonía de la demanda interna y al menor dinamismo del comercio exterior. Todo ello en un contexto en el que continúan los problemas en el sector inmobiliario y de la construcción.

Junto a la ralentización de China, la actividad manufacturera de algunas de las principales economías de Asia-Pacífico (India, Malasia, Filipinas, Taiwán) también se ha visto lastrada a comienzos de 2022 por la propagación de la variante ómicron y las sucesivas interrupciones en las cadenas de suministro globales.