Que nunca llueve a gusto de todos es el mejor resumen de esta Semana Santa que hoy termina, y el que me quiera llevar la contraria, que me la lleve. Eso es así. Pero lo cierto es que se podía haber esperado un poco, o haber caído el agua antes, en marzo, por ejemplo, que no hay fiestas muy señaladas, y así todos tan contentos.

Sé que lo que voy a decir es una bestialidad y que muchos se van a llevar las manos a la cabeza, lo sé, pero a pesar de eso lo voy a decir, que yo tampoco soy un político para tener que estar midiendo lo que digo. Sobre todo cuando son los propios políticos los que no están midiendo nada lo que dicen en esta campaña electoral, que se están hartando de decir pegoletes, que más de uno parece que está en un programa de esos de reír y no en lo que debe estar, que la política es una cosa muy seria, lo queramos o no. O debe serla, o por lo menos parecerla, como dice ese refrán. Pero a lo que iba, que me lío y me voy por esos cerros que todavía no he visitado. La cosa es la siguiente, con lo que hemos avanzado en la previsión del tiempo, que a veces hasta con más de un mes de distancia ya casi sabemos el tiempo que va a hacer, tampoco pasaría nada por mover un poquito las fiestas, sobre todo las que necesitan de calle, que lo importante es que salgan bien. Que sí, que es bonito que coincida la Semana Santa con la Luna llena, oye, pero que si no puede ser, se ajusta un poquito y ya está y todos tan contentos. Y que nadie se me enfade por esto.

Es que si hubiera sido la semana de antes es que salen todas las procesiones a la calle, todas, no se queda ni una sin salir. Y esto lo propongo yo, que saben ustedes que yo no soy muy de cofradías, aunque me guste ver alguna, sobre todo las de mi barrio. Pero lo que me gusta, por encima de todo, es que disfrute todo el mundo, tanto el que se queda viendo los pasos hasta las tantas como el que se sube en el coche y pasa unos días en Fuengirola. Y para eso, para que estemos todos contentos, necesitamos sol y una poquita de temperatura, tampoco nos pasemos, que luego se nos va la mano y acabamos achicharrados. En fin, que ojalá hubiera sido toda la Semana Santa como los tres primeros días, que fueron de primavera total, y hasta de verano durante algunos momentos, que vi a muchos costaleros sudando como nunca. Que yo he lanzado mi idea, el que pueda o quiera que la coja, que la cosa es que todos lo pasemos bien.

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