Análisis

Gumersindo Ruiz

José María Otero Moreno y la verdad de los datos

Cuando hace unos días nos dejaba nuestro compañero, catedrático de Econometría y Métodos Estadísticos en la Universidad de Málaga, los recuerdos más personales se entrelazaban con los de su vida dedicada a la investigación y la docencia. Era alumno de la primera promoción de economistas de Andalucía, en Málaga, aunque venía de la Escuela de Ingenieros Técnicos, y pronto leyó la tesis doctoral sobre el tema de los impactos de la crisis del petróleo, para la que me pedía y le mandaba material de retardos distribuidos, desde la Universidad de Barcelona.

A partir de un trabajo esencialmente metodológico, José María Otero definió el problema del incremento de precios del petróleo en 1980, diciendo que, si se quería evitar una espiral inflacionista, las empresas tenían que aceptar perder márgenes y beneficios, y los asalariados, poder adquisitivo. Calculó con las tablas Input-Output -que establecen las relaciones entre sectores de la economía, y mencionando a Francisco Trigueros, que escribió el programa- distintas alternativas, desde un aumento adicional de la inflación del 6,4% en caso de que todo el mundo se lanzara a subir precios y salarios, a 1,7% en caso de responsabilidad colectiva. Supuso que los impuestos seguían el valor de la producción, elogió el acuerdo entre UGT y CEOE que excluía el petróleo para las alzas salariales, y calculó el exceso del incremento de precios por las compañías eléctricas y de transportes, no justificado por el impacto en costes del petróleo. Impresiona que algo escrito hace más de 40 años sea tan de actualidad, cuando indiscriminadamente se elevan precios y se alimenta la inflación, sin asumir la realidad de que un impacto de los precios externos supone menores márgenes, menos renta, reducción del consumo, y producir mejor.

Con su hija Carolina, de gran brillantez investigadora, desarrolló el Sistema de Análisis y Estadística del Turismo en Andalucía (Saeta), y dirigió el Observatorio del Deporte Andaluz (ODA), creando bases de datos y una metodología de evaluación de eventos, cuantificando el impacto en los salarios y producción local, pues los informes -decía- incurren en duplicidades y rara vez distinguen el arrastre en la economía local y lo que se va fuera. Calculó que el deporte generaba el 2,6% del producto de Andalucía, y el 2,1% del empleo, destacando los mayores flujos financieros del deporte recreativo frente al de eventos, y elaboró estadísticas sociales del deporte.

Hay dos cosas que pienso con relación a José María Otero; una, si damos suficiente mérito a personas que dedican su vida a investigar, enseñar, y crear, como él hizo, un departamento que ha dado tantas prestigiosas catedráticas y catedráticos; y otra, la aportación intelectual a la discusión de temas cotidianos por economistas que nos recuerdan que el pensamiento sin contenido teórico, lógico, es una cáscara hueca, y la intuición sin conceptos y una buena base de datos, es ceguera. De carácter apacible, generoso con el tiempo que dedicaba a todos, deja a su mujer Ángeles, a sus hijos Carlos y Carolina, a sus nietos, a los amigos de la universidad y Añoreta Golf, el recuerdo de una persona esencialmente buena, en el sentido que le daba Antonio Machado a la palabra.

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