Don Carlos Amigo Vallejo, cardenal arzobispo emérito de Sevilla, ha completado su peregrinación en la Tierra. Descanse en paz el siervo fiel que ha entregado su vida a Dios y a los hermanos. Era un hombre espiritual y a la vez cercano, humano, misericordioso. Sabía escuchar. Sabía acompañar. Fiel hijo de San Francisco. Alegre y sencillo. Entrañable. Un hombre que buscaba la unidad, la concordia, que tendía puentes, que fomentaba el diálogo interrelogioso, el diálogo ecuménico, eclesial. Y también en la sociedad. Tenía una palabra amable para todas las personas, de cualquier edad y condición.
En Sevilla cuidó las parroquias, acompañó a la vida consagrada, potenció los movimientos y realidades eclesiales, se entregó con generosidad a las hermandades.
Gracias, don Carlos. Decansa en paz.
Comentar
0 Comentarios
Más comentarios