Análisis

manuel sánchez

Eurozona: Expectativas a la baja

La economía global sigue condicionada a la baja principalmente por los riesgos asociados a la guerra de Ucrania y la ola de la pandemia que sufre China. Un escenario que agrava la crisis energética y el encarecimiento generalizado de las materias primas, retrasa la normalización de las cadenas de suministro globales, e incrementa los riesgos de mayor desaceleración de la potencia asiática.

La Organización Mundial del Comercio ha reducido el avance esperado del volumen del comercio de mercancías a un 3,0% en 2022, frente al estimado previamente de un 4,7%. Al mismo tiempo, ha situado el repunte del PIB global en un 2,8% anual, ligeramente inferior a la última proyección del Banco Mundial de un 3,2% y del FMI de un 3,6%. Unas perspectivas sujetas a un elevado grado de volatilidad ya que dependen de la evolución de las incertidumbres económicas y geopolíticas actuales.

En el caso de la Eurozona se estima una pérdida de momentum con un avance del PIB de un 2,8% anual frente al previsto anteriormente de un 3,9%, destacando entre sus principales Estados miembros la significativa revisión a la baja del incremento de la producción en Alemania de 1,7 pp a un 2,1% anual en 2022. Esta tendencia confirma la enorme exposición de la economía alemana a los suministros energéticos rusos y a la persistencia de los cuellos de botella en las cadenas de valor globales.

Por su parte, el FMI reduce la tasa de crecimiento de España a un 4,8% anual este año, situándola ligeramente por encima de las estimaciones del Banco de España de un 4,5% anual. Un hecho que refleja que nuestro país, junto a Rusia, serán las únicas economías que cerrarán este año sin alcanzar los niveles de PIB prepandemia.

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