Vaya sofocón que se llevó el otro día mi cuñado recién levantado cuando se enteró que se había muerto Forges, el dibujante, y es que lo primero que hacía cada mañana era ver el dibujo nuevo que había hecho, que muchos días me lo contaba antes de irse a trabajar. Yo había días que lo entendía y otros no, pero la verdad es que tenía tela de ingenio, que muchas veces consiguió hasta que me riera a base de bien.

Ha estado mi cuñado tristón un par de días por esto, y es que a veces nos suceden estas cosas, que con la gente de los periódicos o de la tele pasa mucho, nos acostumbramos a verlos y cuando los dejamos de ver de un día para otro como que parece que nos han quitado algo o yo qué sé, que me cuesta explicarlo. Yo lo pasé muy mal cuando se murió Félix Rodríguez de la Fuente, que la verdad es que estaba enganchado a sus documentales, que no me perdía uno, que no sé las veces que he visto el del lobo, que era una maravilla. Y me pasó lo mismo con Verano Azul, de verdad, que yo no sé el lote de llorar que me pegué cuando se murió Chanquete, pero tela marinera, que el sofocón me duró un buen rato. Que ya no sabía en cuál postura ponerme para que mi hermana no me viera con los ojos encharcados, que será una tontería, pero para algunas cosas sigo siendo un antiguo y no me gusta que me vean de cierto modo. También pillé sofocón bueno cuando se murieron Rocío Jurado y Lola Flores, que me gustaban un montón como artistas.

Aunque vamos a cambiar de tercio, que tampoco vamos a hablar de cosas malas, que a Forges le gustaba que todos estuviéramos con una sonrisa en los labios después de ver sus dibujos. Yo creo que por eso le gustaba tanto a mi cuñado, porque este hombre demostraba que se pueden hablar de cosas importantes sin perder los modales y hasta sonriendo, que eso no lo hace cualquiera. Por eso no voy a hablar de fútbol, que aunque los nuevos sigan diciendo que todavía es posible, todos sabemos que esto es lo que es y que nos vamos para donde nos vamos, que por cierto conocemos muy bien porque ya hemos estado unas cuantas veces ya. Pero hoy no toca hablar de eso, vamos a hablar del Día de Andalucía, que está a punto ya y que es un día que siempre he disfrutado mucho, desde que recuerdo. Ya les he dicho a mis amigos que algo tenemos que hacer, que lo merece y nos lo merecemos, y con muchas sonrisas, como si estuviéramos viendo un dibujo de Forges, que nunca se pierda la alegría.

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