Lo mejor de los debates electorales es lo que viene después. El debate del debate, los ecos de la contienda, siempre son más entretenidos que el propio cuerpo a cuerpo. De hecho, eventos como los debates nos socializan. Si no supiéramos que nuestros amigos van a comentarlos por las redes, y que debemos verlos para compartir argumentos y reír con los memes, seguramente muchos no seguirían el ritual.

Y es que el humor se lleva muy bien con los debates. Para demostrarlo, Andreu Buenafuente ha firmado una semana gloriosa con motivo de las elecciones del 28-A. De hecho, quedarán para los anales las imitaciones que Raúl Pérez ha llevado a cabo de los principales líderes. Especialmente memorable fueron las intervenciones del hombre dividido en dos, azul Casado y naranja Rivera. Y es que también en 2019 se están escribiendo algunas de las páginas de la antología del humor de este país, de las que quedarán a la manera en que quedaron las coletillas y mejores sketches de Tip y Coll, Gila, Faemino y Cansado o Martes y Trece.

Lo que ocurre es que ahora se consumen en Youtube y en las redes. El lunes 22 de abril, por ejemplo, me llamaron la atención las cifras de audiencia de las televisiones temáticas, según las cuales el programa más visto de #0 fue La resistencia de David Broncano, y en cuyo ránking de los 20 programas más vistos del día no apareció Late Motiv. Teniendo en cuenta que el ubicado en vigésima posición fue visto por 43.000 espectadores, esto significa que a Andreu Buenafuente, a la hora en que se emitió el programa, apenas le seguimos 40.000 espectadores. Pero la relevancia social, sin duda, fue enorme en horas posteriores.

Las redes sociales, virales, multiplican las cifras de audiencia, a las que contribuyen también programas en abierto y bien conocidos como Arusitys o Zapeando.

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