Se ha abierto una guerra que pretende acabar con la cúpula y el prestigio de la Guardia Civil por lo que ésta se defiende y prefiere que dimita el ministro Marlaska. No habría que minusvalorar la gravedad de la situación de la que no hay precedentes en España. El relato sería el siguiente: el presidente Pedro Sánchez, muy amigo del Delegado del Gobierno en Madrid, pide a Marlaska que consiga información sobre el atestado que la Guardia Civil había enviado a la judicatura, desde donde se filtran datos sobre las incidencia del Covid durante la manifestación de 8-M. Marlaska, a su vez, se la pide a la directora María Gámez, quien inicia una sucesión de llamadas desde el coronel Pérez de los Cobos hasta su tercero Santafé. Tenientes y varios generales hacen un pacto entre ellos para que Marlaska reconozca la injerencia y su dimisión. Intentaron conseguir la implicación de la Policía cuya respuesta se espera. De momento, el ministro Grande-Marlaska ha recibido una solicitud de la Unión de Oficiales de la Guardia Civil, para que les explique los motivos reales de la destitución de coronel Diego Pérez de los Cobos, ya que, argumentan que cuando alguien hace una renovación de equipos, como dice el ministro, no la realiza un domingo por la tarde y sin un sustituto decidido. Si realmente estuviese haciendo una renovación para "alcanzar los retos del siglo XXI" debería tener los nuevos nombramientos claros pero, por el contrario, a todo el que le propone el cargo va dimitiendo. Hay un grave enfado dentro de la Benemérita añadido porque que no se respetan tampoco ni rangos ni antigüedades . ¿Quién sería de la confianza del ministro como para mantener el equilibrio entre la imparcialidad de la que presume la Guardia Civil y las peticiones políticas? ¿Va a facilitar información cuando se la pidan? La Guardia Civil , tal y como se han producido los hechos, ven una injerencia por parte del ministro que, muy nervioso, llamó para pedir detalles sobre el contenido de atestado de la Guardia Civil que ya se había enviado a manos de la justicia desde donde se habría filtrado. Tras años de impecable fama sobre diferentes investigaciones a cargos políticos de diferentes partidos, banqueros… etc, sin que se haya resquebrajado la neutralidad e imparcialidad de los oficiales, veremos hasta donde pueden protestar debido a su carácter militar que limita sus derechos de manifestación o huelga. Tampoco la Unidad de Oficiales ve que sea el momento oportuno para aplicar la equiparación salarial que llevan años reclamando. Una cortina de humo. Un ministro señalado por injerencias, una cúpula desprotegida por su Directora, dimisiones a pares y la negociación con ERC para quienes, la Guardia Civil sobra por defender los derechos de España, es la delicada situación que anuncia malos presagios.

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