Análisis

la gloria de san agustín

Que sea como sea, pero que sea

Si digo que el fin de año fue un poco rollo no exagero, porque es esa la verdad y para qué voy a engañarles con otra cosa, que no sería contar la verdad. Y es que eso de tomarse las uvas a través de los teléfonos y en habitaciones separadas como que no tiene mucha gracia, por no decir ninguna. Ojalá nunca más, de verdad, que vaya hartura de cosa esta que nos ha tocado. Ya va siendo hora de que veamos el final de esto, porque ya cansa, y demasiado, pero mucho. Y es que yo no quiero que se instale en nuestras vidas como tampoco quiero que me vuelvan a meter el bastoncito en la nariz. Y es que además, que vaya tela, el que te fastidien te cuesta el dinero, que la Junta bien que se ha puesto de perfil, como si no quisiera saber nada del asunto. Ni el teléfono cogen, que en mi casa hemos sido todos positivos y no hemos contado en ninguna lista, porque no se lo hemos podido decir a nadie, y eso le ha pasado a la mayoría de la gente que conozco, menudo negocio. Yo no quiero ni imaginar cuántos serán los contagiados de verdad, que tienen que ser tres o cuatro veces más, y puede que me quede corto. Y eso no es todo, que ya podrían dar unos cuantos test a las familias, que vaya cómo nos estamos dejando los cuartos en eso, que me parece de poca vergüenza, tengo que decirlo. Por dejar de hablar de esto, lo único bueno es que la vacuna funciona, porque ni nos hemos enterado de que lo hemos tenido, tres toses y poco más, y eso ya es mucho, la verdad, pero ojalá ya pase esto a la historia y lo recordemos como algo que nos pasó. Muy malo, pero en pasado.

Hablando de finales, el del Horno de San José, el de la calle Maese Luis, allí por la Corredera. La de veces que hemos ido a comprar allí, las tortas de aceite y las vienas, que están tela de buenas. Que seguro que usted se ha comido unas cuantas a lo largo de su vida, porque de esa panadería sale el pan con el que hacen los bocadillos de Bocadi, ni más ni menos. Pero no se asuste que por lo visto el tema está solucionado, que los trabajadores se van a quedar con los aparatos y la receta, y van a hacer el pan en un sitio cerca, para que no se pierda. Menos mal, la verdad que eso es ya lo que nos faltaba, que cambiasen los bocadillos de Bocadi, que quién no se ha comido unos cientos a lo largo de su vida. En fin, que al covid sí le deseo que se vaya para no volver, pero al Horno San José que se quede como sea, aunque sea con otro nombre, pero que siga haciendo el mismo pan. Y que hablemos de cosas alegres y de cosas buenas, que es lo que nos merecemos este año y todos los demás.

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