Pues después de todo lo que les conté el otro día, después de estar tres o cuatro días sin dormir, después de prepararme más el discurso que un político, después de lo que quería, después de todo eso y hasta de más, no fui capaz de hablar con Soraya del tema que tenemos entre manos y es que me puse delante y me quedé mudo, incapaz de pronunciar una sola palabra, lo que yo les diga.

Mi amigo Cayetano, que es al único que he sido capaz de contarle esto, me ha dicho que es lo más normal del mundo, que eso le pasa más o menos a todo el mundo, que hasta a él le pasó cuando era joven, y que es todo por estar enamorado. Ya ves tú lo que me vino a decir mi amigo, a mis años, con lo que llevo ya en el cuerpo, que hasta me eché a reír, pero yo creo que fue más por puro nerviosismo que por otra cosa, porque me da que lleva razón. Que sí, que no lo quiero decir en alto para que no me den mucho la matraca, pero que creo que ando enamorado, pero como los nenes de las películas, una cosa mala, que tengo todos esos síntomas que cuentan en la tele, de verdad. Lo que nunca yo me podría haber imaginado, lo digo así de claro, que yo creía que eso a una cierta edad ya no te pasaba, pero que es verdad eso que dicen que no entiende de edades, tal cual, aquí tienen un ejemplo. Desde entonces, Cayetano me la está pegando mortal, que cada dos minutos tiene un chiste en la boca, aunque es cuidadoso y sólo lo suelta si estamos los dos, que no quiere que se entere más gente, que si no me veo al barrio entero encima mío.

Lo único que digo es que sea lo que tenga que ser, pero que sea lo más rápido posible, que ya no me quedan uñas que comerme, como les estoy contando, que yo no creía que la cosa era así, que de haberlo sabido no saco la cabeza de debajo la sábana y sigo dormido, y no sé yo si me estoy explicando como debiera, aunque yo creo que todo el mundo me entiende. En fin, que yo creo que mejor hablar del amor, o de lo que sea esto, que de lo que le está pasando a nuestro equipo, que ya no es que esté asustado, es que tengo las carnes abiertas y hasta un poco más, que la boca del pozo se ve cada vez más cerca. Tampoco he querido hablarles del Mercado Medieval porque lo mismo se me enfada alguien, que no me pude tomar ni un vaso de agua, lo que yo les diga. En fin, que espero no haberles aburrido con mis cosas, que lo mismo son una tontería para ustedes y para mí son la leche, o casi. O lo que sea.

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