Análisis

Alberto Grimaldi

Aldabonazo

Varios líderes de la gran empresa recuerdan lo evidente: España necesita pactar un Gobierno fuerte

Los partidos políticos españoles están tan inmersos en su microcosmos -preñado de egos, celos o traiciones, y a menudo vacío de contenido- que muchas veces parecen olvidar lo importante: las elecciones sirven para que los españoles elijamos representantes en las Cortes Generales, pero son los diputados quienes determinan con su voto en la Cámara el Gobierno. Eso no se limita al acto mismo de alcanzar la mayoría suficiente para la investidura, sino a constituir alianzas que permitan el progreso y el bienestar de los ciudadanos.

La alta fragmentación política que trajo la Gran Recesión, que debilitó el bipartidismo que nos gobernó hasta 2015 -fruto de una Constitución y una legislación electoral que fortalece a partidos mayoritarios-, ha demostrado una incapacidad manifiesta para el acuerdo. Las mayorías han sido más heterogéneas de lo deseable y frágiles. Que por eso estamos votando menos de tres años después de los últimos comicios al Congreso y Senado, en junio de 2016, tras el fracaso de repetir votaciones sin investir a un presidente, por primera vez en democracia.

Los partidos, ensimismados, siguen -todos- sin asumir que España necesita un Gobierno fuerte, basado en los valores de la Constitución que nos trajo 40 años de prosperidad.

Los líderes políticos, por eso, recibieron ayer un aldabonazo desde las grandes empresas, las que, unidas a millones de pymes, crean empleo y riqueza en España. Desde el sector financiero, la presidenta del mayor banco español, Ana Botín, desde Santander, ciudad que da nombre a la entidad que dirige, exigió a los líderes políticos que huyan del cortoplacismo y que impulsen una agenda reformista con visión de largo plazo, para crear un crecimiento inclusivo y cohesión social. Para eso, concluyó, han de pactar siendo responsables y maduros. No fue la única voz. El presidente saliente de Endesa, Borja Prado, reclamó un Gobierno fuerte para no caer de nuevo "en el fango de la crisis".

El aldabonazo, barrunto, es tan necesario como estéril.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios