Fernando Faces

Santelmo Business School

Adiós a la era de crédito barato

La alta inflación europa hacía insostenible el relato del Banco Central Europeo de que el alza de precios sería temporal y abre la puerta a la subida de tipos

LA noticia del disparo de la inflación europea hasta el 5,1%, por encima del 4,5% esperado por el Banco Central Europeo (BCE), la mayor en 20 años, dejó descolocado al Consejo de Gobierno del BCE, que se reunía al día siguiente. En la rueda de prensa la presidenta Christine Lagarde estaba temerosa de las preguntas de periodistas y analistas. La tesis de la inflación transitoria, hasta ahora defendida por ella, cada vez era más difícil de sostener. No podía afirmar, como en su última comparecencia, que la subida de tipos de interés de 2022 era altamente improbable. La presidenta consciente del riesgo de pérdida de credibilidad, por la aparente laxitud de las actuaciones del BCE y el cuestionable diagnóstico de inflación temporal, tuvo que afirmar con contundencia “actuaremos en base a los datos que en cada momento dispongamos, con flexibilidad y gradualidad, pero , créanme, con todos los instrumentos disponibles que sean necesarios”, remedando las palabras de Draghi en la crisis del Euro de 2012. Ésta última afirmación dejó la puerta abierta a la subida de tipos de interés antes de final de 2022.

En el mes de marzo se empezará a reducir la liquidez inyectada mediante compras netas de deuda, que probablemente terminarán en el último trimestre de 2022. Finalizadas las compras del programa de emergencia (PEPP), todavía se mantendrá el programa ordinario (APP) que irá reduciéndose hasta los 20.000 millones de euros mensuales en el último trimestre de 2022. A partir de este momento podrían empezar a subir los tipos de interés. Los mercados descuentan una o dos subidas antes de final de año. Tras las palabras de Christine Lagarde los tipos de interés de la deuda pública a corto y a largo plazo subieron significativamente, el euro se apreció y las bolsas se debilitaron. Las palabras “datos, flexibilidad y gradualidad” fueron las más utilizadas por Christine Lagarde. La presidenta insistió en que en el escenario que estamos viviendo extremadamente cambiante, con sucesos geopolíticos y económicos inesperados, la flexibilidad y el exhaustivo análisis de los datos es clave para qué la política monetaria garanticé la estabilidad de precios, sin poner en riesgo la recuperación. Se debe evitar lo sucedido en 2011 cuando el presidente Trichet se anticipó, imprudentemente, con una subida de tipos de interés que precipitó la crisis el Euro de 2012. En el mes de marzo, analizados los datos y proyecciones macroeconómicas, el BCE decidirá la futura estrategia monetaria.

Sabíamos que la retirada de la inmensa liquidez inyectada por los bancos centrales iba a ser extremadamente compleja. Nunca los bancos centrales habían practicado políticas tan extremas como la de tipos de interés negativos e inyección sin límite de liquidez. Un experimento, nunca antes realizado, que ha evitado una depresión, pero cuyo desenlace es incierto. A este difícil y complejo escenario se han sumado dos cisnes negros: la crisis energética y el conflicto geopolítico de Ucrania. Ante este insólita e incierta realidad, la flexibilidad, el análisis permanente de los datos y la prudencia se imponen.

Una inflación persistente

La ruptura de las cadenas logísticas y de suministro exigirá cambios de estrategia, transformaciones e inversiones. Evaluar, reestructurar, diversificar, aproximar y modificar la estrategia de suministro, transporte, logística y almacenamiento globales implicara tiempo y costes añadidos. La seguridad primará sobre la eficiencia en los bienes esenciales, lo cual implicará mayores costes y mayor inflación a medio plazo.

Tampoco cabe descartar el inicio de una espiral de precios-salarios, qué acabe enquistando la inflación y sus expectativas. Suceso más probable en EEUU, con un mercado laboral cerca de pleno empleo y vacantes que no se logran cubrir. Menos probable en Europa, con tasas de desempleo todavía altas y exceso de capacidad productiva. Para que la espiral precios-salarios acabé enraizando la inflación, la espiral tiene que perdurar durante más de un año. En España la inflación está muy por encima de la media europea y en la negociación de los próximos convenios los sindicatos ya están hablando de subidas cercanas al 4%, desde el 1,5% de los actuales pactos. Esperemos que se imponga la sensatez de todas las partes. La reforma laboral, recientemente aprobada, no creo que contribuya a la moderación y prudencia necesarias en las próximas negociaciones saláriales.

La inflación verde

La Inflación Verde se refiere al aumento de costes y precios que va a generar, en los próximos 30 años, la transición energética y medioambiental necesarias para conseguir los objetivos de reducción de emisiones del Pacto de París y del Pacto Verde Europeo. La transición no va a ser gratis. Los costos de la transición se reflejarán en los precios de metales como él aluminio, cobre, litio y otros cuya demanda, ligada a las infraestructuras de las energías renovables y del coche eléctrico, se incrementará exponencialmente. También aumentaran los precios del gas y de los combustibles fósiles ,todavía necesarios en la transición, pero cuyas inversiones y capacidad de producción se Irán reduciendo ,creando situaciones de tensión y escasez, en función del ritmo de implantación de las energías renovables. Para que el proceso de sustitución de energías contaminantes por renovables sea lo más rápido posible, la legislación ha aumentado los impuestos sobre la emisión de gases de efecto invernadero generados por la utilización de combustibles fósiles (petróleo, gas y carbón). En los últimos meses los derechos de emisión de CO2 se han disparado, y continuarán aumentando en los próximos años. Por otra parte, ante la expectativa del fin de los combustibles fósiles para el año 2050, el proceso de inversión en la producción de energía fósil se está descendiendo aceleradamente.

Nada garantiza que la pérdida de la energía fósil sea totalmente compensada por el ritmo de inversión y capacidad de generación energética de las nuevas renovables. Por otra parte,estas últimas son intermitentes en la generación de energía. En los próximos años el mundo estará expuesto a tensiones y escaseces energéticas, subida de los precios energéticos e inflación.Ya está sucediendo. El precio del gas, necesario para la generación de electricidad a través de los ciclos combinados, se ha multiplicado por cuatro y los derechos de emisión de C02 se han duplicado. Tensiones inflacionarias que continuarán durante los próximos 30 años. Para reducir los costes de transición y las previsibles situaciones de escasez energética, recientemente la Comisión Europea ha hecho la propuesta de que, transitoriamente, hasta el 2050, se recalifique la energía nuclear y al gas como energías limpias, incluyendolas en la Taxonomía Verde Europea. El objetivo es atraer inversiones y garantizar la suficiencia y la estabilidad de precios de la energía hasta que la transición esté consumada. Alemania con gran dependencia del gas y Francia con gran producción nuclear apoyan la propuesta; España, Austria y Luxemburgo con gran dependencia energética se oponen. La utopía se impone a la realidad.

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