El otro día nos juntamos la mar de aficionados alrededor del Nuevo Arcángel y le dimos la vuelta como si lo estuviéramos abrazando para decir que estamos hartos de lo que está pasando y que ya está bien de utilizar el equipo de todos los cordobeses como si fuera el chiringuito de alguien, que es lo que parece muchas veces, lo queramos o no. Porque si no quieren que parezca eso lo disimulan muy malamente, la verdad.

Y la verdad es que no estamos solo hartos de cómo nos va la cosa en la Liga, que también, es por todo lo demás, aunque también es verdad que si la gestión fuera como es, un desastre, pero estuviéramos los primeros, a lo mejor no le prestaríamos tanta atención, porque eso es lo que nos ha pasado y no nos engañemos, que la cosa es así. Que porque subimos a Primera nos tuvimos que tragar sus anuncios y sus cositas, que no decíamos nada porque entendíamos que nos iba bien, pero que como dice el refrán, de esos barrizales estos charcos, o algo parecido, que no me acuerdo bien de cómo era. La cosa es que unos miles de cordobeses le dimos la vuelta al estadio, vaya tela si es feo el estadio, y yo no sé si eso servirá de algo o solo se quedará en el pedazo de galería que pusieron en mi Día, que como es habitual lo explicó todo de maravilla. Yo soy de los que piensa que estas cosas sirven para algo, para lo que sea, pequeño o grande, pero para algo, que de lo contrario mejor no abrir la boca, ni para pedir la vuelta, y no creo que eso sea lo mejor, ni lo aconsejable, me parece a mí.

Lo que me ha gustado mucho este año ha sido el alumbrado que ha puesto el Ayuntamiento por la Navidad, que ha quedado la mar de bonito y crea ambiente, que es de lo que se trata. Y así se lo dije a la alcaldesa, que me la encontré el otro día, y también la felicité por lo de Aucorsa, porque el que no vaya a haber huelga de los autobuses esta Navidad es bueno para todos, y eso lo dice alguien que coge dos autobuses al año, como mucho, y puede que me esté pasando. Con decirles que hace unos meses me planté con un bonobús de los del agujero, que hasta el conductor se hartó de reír. Y es que yo pasando de la Fuenseca ya me siento extraño, que me alejo cien metros de mi San Agustín y como que me falta algo, y no sé si me estoy explicando bien. En fin, cosas mías, como todo lo demás, que yo no sé si se me deben tener en cuenta, como todo lo demás, pero es que yo soy de los que piensan que la boca es para utilizarla, aunque se te llene de moscas, que también puede ser. Y hablando de abrazos como hemos hablado, uno muy grande para todos, que se acercan estas fechas tan bonitas.

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