Cultura

Las vidas de un extraterrestre

  • Christopher Sandford recorre la trayectoria de David Bowie en una completa biografía publicada en España por T&B Editores · El artista ha renegado de muchas de las actitudes que marcaron su juventud

Decía Oscar Wilde que nada se parece tanto a la ingenuidad como el atrevimiento. Ingenuo o no, David Bowie es una de las figuras más provocativas de la historia de la música moderna, cuya vida ahora relata Christopher Sandford en Bowie. Amando al extraterrestre (T&B Editores), nueva biografía que se publica en España.

Nacido en una familia excéntrica marcada por la esquizofrenia -un factor que le perseguiría toda la vida-, y con ambos ojos todavía del mismo color, el pequeño David Jones no podía imaginar, en su monótono barrio de clase media británica, que años más tarde se alzaría como uno de los mayores iconos del pop gracias, en parte, a su personaje Ziggy Stardust.

La autopista hacia el éxito fue más bien un camino de obstáculos, lleno de excesos, promiscuidad bisexual y penurias económicas, y, tal y como explica el autor de Amando al extraterrestre, "es curioso que, en 1977, en plena cima de su carrera -recién publicado Héroes-, Bowie estuviera completamente arruinado".

Camaleónico como pocos, obsesionado con los ovnis -llegó a decir que le perseguían seres extraños-, e incluso teclista anónimo de su amigo Iggy Pop, David Bowie inventaría prácticamente el concepto de glam rock con su álbum The man who sold the world (1971), un trabajo que supuso el principio de su aceptación por parte del gran público.

Fue en esta época cuando Ziggy -que aspiraba a "que la imagen de la música fuera como su sonido"-, conoció a otros artistas del momento como Lou Reed y Andy Warhol, y comenzó a frecuentar ambientes como The Factory, estudio fundado por el artista pop en Manhattan y convertido en un auténtico hervidero de talentos.

Hunky Dory, otro de los épicos discos de estudio de Bowie, no tardaría en aparecer. Se editó el mismo año que The man who..., e incluía canciones como Changes y Life on Mars?, temas que pronosticaban el éxito absoluto de Bowie un año más tarde con The rise and fall of Ziggy Stardust and the Spiders from Mars.

"Para profundizar en la personalidad de Bowie hablé con Mick Ronson, integrante de The Spiders from Mars, y él me aclaró bastantes puntos que no conocía. William Burroughs, la mayor influencia de Bowie, también me ayudó a perfilar su personalidad", comenta Sandford.

En efecto, el autor de El almuerzo desnudo inspiró al músico en algunas de sus letras, de las que se despediría en la gira del 73 anunciando una supuesta retirada de la música que, de hecho, no duraría demasiado: ese mismo año el camaleón se transformaría de nuevo en otro personaje, Aladdin Sane, publicando un disco con igual nombre y abandonando a los Spiders from Mars.

A finales de los 70, con apenas 30 años, Bowie se trasladaría a Alemania, gestando lo que se conoce como la Trilogía de Berlín, compuesta por Low, Héroes y Lodger. En la capital alemana compartió piso con Iggy Pop y también acabó fascinado por el nazismo, una "afición" que le costó muchas críticas y que culminó con un espontáneo saludo nazi a sus fans en Londres.

Su carrera musical -sus trabajos cinematográficos también han tenido resonancia- continuó hasta hace relativamente poco. En 2002 Bowie formaba un nuevo grupo para editar Heathen, un trabajo al que sucedería, apenas un año después, Reality, cuya gira finalizaría abruptamente cuando el músico abandonó un escenario alemán quejándose de fuertes dolores en el pecho.

Desde entonces, con 61 años a sus espaldas y habiendo sido responsable de otra serie de trabajos pioneros como los videoclips de Ashes to Ashes o Let's Dance, Bowie ha renegado de muchas de las actitudes de su juventud, pero el mito, a pesar de ello, continúa vivo.

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