Tomás Egea: 1933-2018 es el nombre de la exposición que se puede ver en la Sala Vimcorsa desde ayer hasta agosto y que supone la primera retrospectiva dedicada al artista contemporáneo que falleció en enero mientras ultimaba esta muestra. El teniente de alcalde de Cultura, David Luque (PSOE), presentó ayer la exposición, que recoge 250 piezas, la gran mayoría de Tomás Egea, aunque algunas también de otros artistas que han reinterpretado el universo estético de este pintor, decorador, urbanista, ilustrador y profesor de arte, uno de los padres de la modernidad en Córdoba, junto a Equipo 57.

Así lo definió el comisario de la muestra, Jesús Alcaide, quien remarcó que este madrileño de nacimiento y cordobés de adopción logró como nunca antes otro artista que la modernidad llegara a las calles y conviviera con la ciudadanía.

Suyos son el conocido logotipo de Bodegas Campos o los murales cerámicos de la Facultad de Medicina, además de muchas otras conocidas obras arquitectónicas, puesto que, a su llegada a Córdoba comenzó a colaborar con el conocido arquitecto Rafael de La-Hoz.

Parte de ese legado está en la Sala Vimcorsa, que recoge obra gráfica, cómic, maquetas, lienzos, ilustraciones, cartelismo, logotipos, tipografías, diseño arquitectónico, vidrieras o murales cerámicos, así como una proyección animada a partir de un discurso que el artista pronunció en 1978. Se trata de un conjunto de obras que realizó entre 1963, cuando presentó en el Salón de Córdoba una rompedora imagen pictórica llamada La Gran Beata, y 2018.

Luque agradeció la implicación tanto del fallecido artista como de su hija y su familia, cuyo concurso ha hecho de la muestra un evento "especial" que además "no ha perdido los matices con los que se concibió en un principio".

Por su parte, el gerente de Vimcorsa, Rafael Ibáñez, valoró la importancia de la exposición, una sucesión de obras "potentísima y elegante" que plasma a la perfección "el estilo de un autor versátil y polifacético como era Tomás Egea".