Cultura

El último gambista

  • Paolo Pandolfo graba para Glossa las obras para viola de Carl Friedrich Abel que han sobrevivido en el Manuscrito Drexel

Carl Friedrich Abel (1723-1787) nació en Cöthen, justo el año en que Johann Sebastian Bach dejaba la maestría de capilla de la corte en donde su padre, Christian Ferdinand Abel, era violonchelista y violagambista. Las relaciones entre las dos familias fueron muy estrechas, hasta el punto de que el famoso cuadro que hasta ahora se atribuía a Baltasar Denner y se consideraba que representaba a Bach con sus hijos, bien pudiera ser un retrato de la familia Abel. En cualquier caso, muerto el padre en 1737, Carl Friedrich se trasladó a Leipzig para continuar su formación junto a Bach, lo que significaba no sólo estudiar con el maestro sino convivir con él y su familia.

En 1743, el joven Abel es ya un intérprete famoso. Aquel año ingresa en la célebre Hofkapelle de Dresde, donde Bach había sido admitido como compositor de corte en 1736 y donde habría de coincidir también con el primogénito del maestro, Wilhelm Friedemann. En 1758, con una situación política ya explosiva (que provocaría la destrucción de la ciudad al año siguiente), Abel abandonó Dresde y pasó por Frankfurt, Mannheim y París antes de dirigirse a Londres, donde se instaló en 1759. En la capital británica se encuentra con otro Bach, Johann Christian, con quien organiza a partir de 1764 los primeros conciertos de suscripción pública de la historia, los Bach-Abel Concerts, que perduraron hasta la muerte de su socio en 1782. Volvió entonces al continente, pero en 1785 está de regreso en Londres para reanudar en solitario el ciclo de conciertos, ahora con el nombre de Professional Concerts. El 21 de mayo de 1787 toca la viola por última vez en público: fallece justo un mes después.

Abel destacó especialmente en la escritura de música instrumental, sinfonías, oberturas, cuartetos, tríos, conciertos... Su mundo fue ya el del Clasicismo, un universo en el que la viola da gamba había quedado como un artefacto por completo obsoleto. Él fue el último cultivador verdaderamente genial que tuvo el instrumento hasta su rescate en el siglo XX. El Manuscrito Drexel proviene de los fondos musicales de la biblioteca del famoso pintor británico Thomas Gainsborough e incluye 29 piezas para viola sola, que nos dan una idea del estilo del músico: es música moderna, sin apenas trazos barrocos, aunque las enseñanzas de Bach aparezcan en una fuga soberbia; los Adagios, alguno bien conocido, apuntan al expresivo estilo empfindsamer, y otras piezas son de carácter plenamente clásico; hay también preludios improvisados, un par de arias, una de ellas con variaciones y diferentes diseños danzables (sobre todo, minuetos).

Paolo Pandolfo se ha acercado a la colección con su conocido estilo interpretativo: sonido de extrema delicadeza, con una extraordinaria riqueza de matices, en especial en las dinámicas más leves, que a menudo rondan el silencio; una insinuante variedad de colores tornasolados, en un juego muy intenso con las posibilidades tímbricas de la viola; imaginativa ornamentación y fraseo flexible y relajado.

Paolo Pandolfo, viola da gamba Glossa (Diverdi)

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios