por Javier Fernández

La última batalla

  • La primera novela gráfica publicada por Marvel sigue siendo una de las más emblemáticas 36 años después; un tebeo melancólico y emocionante

En 1982, el mercado del cómic estadounidense estaba en ebullición. La consolidación del mercado directo, con sus librerías especializadas y sus nuevos canales de distribución, propició la aparición de un puñado de editoriales independientes, cargadas de nuevas propuestas, y las dos grandes, Marvel y DC, buscaron adaptarse y liderar la revolución que se venía encima. DC andaba en graves problemas empresariales y tardó lo suyo en reaccionar. Marvel, por su parte, se colocó pronto a la cabeza, inundando las tiendas con títulos y más títulos, algunos de ellos diseñados expresamente para el citado mercado directo. La editorial de Spiderman sacó punta al formato de miniserie que había inventado precisamente DC, y se tiró a la piscina con la colección Marvel Graphic Novel, esto es, un conjunto de álbumes europeos de toda la vida, con un contenido temático que alternaba los superhéroes con la ciencia ficción y la fantasía (al menos al principio, pues cada vez hubo más superhéroes y menos del resto).

La muerte del Capitán Marvelfue la primera novela gráfica publicada por Marvel, y, treinta y seis años más tarde, sigue siendo una de las más emblemáticas. Su autor, Jim Starlin, se había hecho un nombre durante la década de los setenta narrando aventuras de corte cósmico y psicodélico, sobre todo con dos personajes: el Capitán Marvel y Warlock. Al segundo lo había matado en un prodigioso anual de Los Vengadores, pero al segundo sencillamente lo había abandonado en manos de otros artistas, y dicen las crónicas que el entonces editor en jefe de Marvel, Jim Shooter, le encargó que cerrase el círculo en la flamante colección de novelas gráficas que estaba por nacer. En palabras de Shooter: "¡Termina la historia!... le dije a Jim Starlin cuando discutimos por primera vez su creación de una novela gráfica protagonizada por el Capitán Marvel. Jim se hizo famoso cuando trabajó en la colección de comic-books de este personaje, al que hizo vivir sus aventuras más importantes, según los fans. Otros artistas continuaron su obra, pero, a pesar de que eran muy valiosos, ninguno de ellos alcanzó la fuerza y la elegancia de las historias de Jim, hasta el punto de que el personaje comenzó a marchar a la deriva. Fue por ello por lo que yo le pedí a Jim que terminara la historia. Claro que yo quería un final, pero ello no significaba que tuviera que morir necesariamente el Capitán Marvel". El caso es que Starlin se tomó al pie de la letra lo de darle un cierre a las aventuras del antiguo capitán del imperio Kree y lo enfrentó nada menos que con un cáncer, motivado, como nos recuerda Eduardo de Salazar en su introducción, "por la enfermedad terminal que estaba padeciendo su padre".

El resultado es un tebeo melancólico, ominoso, atmosférico y muy emocionante, en el que Starlin se vació como nunca antes, hasta el punto de firmar la que probablemente sea la obra maestra de su larga bibliografía. Una joya del género que regresa ahora a librerías en un formato atractivo, parecido y un poco más lujoso que el original.

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