Reflexión Nueva respuesta ante las actitudes de los antitaurinos

Sobre los 'terroristas' taurinos

  • Los franceses acaban de apoyar una nueva norma en favor de que los menores puedan presenciar las corridas de toros · Han creado un observatorio de la fiesta

Si cuando yo decía que en cultura taurina los franceses nos daban sopas con ondas no me equivocaba. No lo digo porque allí a las puertas de las plazas de toros los días de corrida vendan libros y revistas de tauromaquia en vez de pipas con sal y puros sin vitola, qué va. Lo digo porque allí existe desde hace unos años el Observatorio nacional de culturas taurinas. Este organismo que supongo que llevarán personas sesudas a tenor de lo que han logrado, es mejor que no se cree nunca aquí ya que está claro que sus cabezas visibles serían cuatro pelagatos de los que andan por los callejones de las plazas de toros y que nunca se han molestado en preguntarse por otro tipo de tauromaquias. Una de las grandes cosas que han logrado los franchutes ilustrados es evitar que se prohíba la entrada de los menores a las plazas de toros. Recordemos que aquí, por ejemplo en Cataluña, los menores no pueden ir a los toros aunque vayan acompañados, para gran berrinche de mi tío Florencio, que se tuvo que quedar sin ver a José Tomás porque no había ningún familiar dispuesto a aguantar a su nieto Adrián durante un par de horas, y eso que el niño es de condición maligna pero engaña si no lo conoces bien. Los franceses se han dado de que no es malo decirle a sus niños que al final los animales de Walt Disney acaban en el plato. Como decía Wenceslao Fernández Florez, el de La Codorniz, las corridas son una enfermedad mortal que tienen los toros.

Pero lo grandioso del Observatorio antes citado es que ha logrado que a los terroristas se les llame por su nombre y se actúe en consecuencia. Ya sé que en demasiadas páginas webs antitaurinas les llaman terroristas a los que le gustan los toros, además de asesinos y hasta nazis, algo que la embajada Israelí seguramente desconoce porque si no ya los habrían bombardeado en secreto los del Mosad. El Observatorio francés ha logrado que se digan las verdades del barquero, en otras palabras, que la policía antiterrorista francesa sea la responsable de actuar contra los, cito textualmente, "atentados y actos de vandalismo antitaurino". ¡Madre mía! La ETA y los antitaurinos haciendo los mismos cursillos en la selva amazónica. Ahora resulta que los terroristas eran los otros. Si es que el mundo está más liado que un saco de papelillos, que dice mi madre. Yo, que soy de natural taurino, pero he respetado siempre a los que opinan lo contrario, no creo que los antitaurinos sean unos vándalos, porque estos eran un pueblo germánico al que su rey Genserico dio un reino estable en la provincia romana del norte de África, eso sí, después de saquear la península ibérica de cabo a rabo, quien sabe si matando toros o prohibiendo que los mataran, que hasta ahí no llegaba mi profesor de medieval en la Facultad. Una cosa sí tengo clara, a los taurinos los ampara la ley, así que poco terroristas pueden ser. Y a los antitaurinos, sobre todo si echamos un vistazo a sus órganos de expresión, las páginas webs, en las que incluso podemos encontrar fotos de personas colgadas del techo por sus partes más nobles y dolorosas y con la frase debajo "esto es lo que hay que hacer con los taurinos" se les está escapando lo germánico por las fosas nasales. Al final vamos a acabar añorando al gran Eugenio Noel, antitaurino, pero educado.

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