Roberto Loya. Escritor

"Cada ser humano es una religión en sí mismo"

  • El periodista publica un nuevo poemario, 'La sombra de Buda', el cierre a una trilogía que comenzó en 2004 con 'Artaud en la India'

  • Este lunes ha presentado su libro en la Delegación de Cultura de la Junta

El periodista y poeta Roberto Loya, antes de la presentación de su libro.

El periodista y poeta Roberto Loya, antes de la presentación de su libro. / Jordi Vidal

El periodista y escritor Roberto Loya vuelve a la poesía con La sombra de Buda, un libro editado por Polibea que supone el cierre de la trilogía que comenzó con Artaud en la India (2004) y siguió con Los ojos no están aquí (2012). El autor ha presentado este lunes su tercera publicación en la Delegación de Cultura de la Junta dentro de los actos del Centro Andaluz de las Letras (CAL).

–¿Cuándo ha escrito este poemario?

–Estaba pensando en cerrar la trilogía que empecé con Artaud en la India y que continuó con Los ojos no están aquí. Andaba rondando cómo iba a ser esa cesura, como decían los antiguos. Y este verano, en vacaciones, me puse a escribir.

–Por lo tanto, ¿se aprecia una continuidad respecto a sus dos obras anteriores con esa reflexión sobre filosofía y espiritualidad?

–Sí, pero este es el planteamiento cuestionable desde dentro de esas tradiciones budistas e hinduistas. Digamos que es como el verso de Stevenson "De vuelta del mar está el marinero / de vuelta del monte está el cazador". Algo así. Digamos que es, no la crítica, pero sí el haber pasado por el budismo, hinduismo, y dentro de este los upanishads, el concepto de advaita, que desmonta toda la instrucción y todo el camino. Una especie de resarcimiento.

–¿Lo podemos clasificar como metafísico?

–Creo que no. En Artaud en la India podía haber algún elemento y en Los ojos... también. He intentado que sea un libro bastante a la intemperie, de despojamiento.

"He intentado que este sea un libro bastante a la intemperie, de despojamiento"

–Ha surgido, por tanto, de sus experiencias personales...

–La poesía tiene esos procesos misteriosos... Cuando no eres un orfebre cuentas cosas no solo de tu vida, sino de tus pasos mentales, de tu inconsciente... de todo. Eso a lo mejor es diferente a lo que hacen los poetas de ahora, que escriben en plan con un tweet o aforismos, que me recuerdan un poco a parapentistas que no tienen que hacer esfuerzo porque simplemente entran en una corriente de aire y no necesitan un punto de apoyo. Este es un libro en el que el punto de apoyo está claro, es el propio autor.

–Ha abrazado la filosofía budista, la hinduista y el cristianismo. ¿En qué momento se encuentra ahora?

–No creo que sea una cosa de ir y abandonar. Sigo sintiendo lo mismo que sentía cuando era un niño de ocho años que empezaba a leer. Creo que son vehículos, luego cuando se constituyen como religiones son superestructuras y ya se parecen a multinacionales; cosas muy raras. No son compartimentos distintos, no veo mucha diferencia entre Buda-Cristo ni entre muchos místicos antiguos de la India milenaria o muchos upanishads con los evangelios. No entiendo mucha diferencia, creo que están tocando algo sustancial en nosotros que se expresa de distintas maneras. Tampoco entiendo que la verdad esté en un solo sitio; creo que en todas he encontrado eso que se llama verdad, aunque sea a cuentagotas.

"No entiendo que la verdad esté en una sola religión; creo que en todas he encontrado eso que se llama verdad"

–¿Qué espacio tienen los profetas en este poemario?

–Hay un poema en el que cuestiono a los mesías, que no van a venir a salvarnos en ningún momento. Pero no lo digo como duda, sino como parte del proceso de esa experiencia religiosa. También llego a mantener en otro verso de ese poema que la religiosidad es neurótica. No hay maestros, no hay discípulos, estás tú solo y el coraje de entender.

–¿Ha tenido un cierto desencanto después de estudiar en profundidad las religiones?

–Creo que no. Cada ser humano es una religión en sí mismo, cada corazón es una superestructura de todas las religiones. Hago hincapié más en eso que en el pensar que no sirven o que han sido fruto de una gran farsa. No lo entiendo así; lo entiendo simplemente como un proceso personal.

–¿Cómo es la estructura de este libro?

–Surgieron aproximadamente un centenar de poemas y luego han quedado quizás la mitad. Sobre esa selección se fue consolidando una estructura. No fue antes la estructura, no es como una novela, aquí van surgiendo. No creo ni siquiera que haya estructura.

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