Una vez que el Consejo de Patrimonio Histórico aprobó ayer la presentación de Medina Azahara como representante española para ser declarada Patrimonio Mundial, el proceso al que se someterá desde ahora será exhaustivo y riguroso. El siguiente paso de la candidatura de la ciudad califal será dicha presentación por parte del Estado al Centro de Patrimonio Mundial de la Unesco. La cita será en París en enero de 2017.

Esa convocatoria será clave ya que aproximadamente un mes después, la Unesco comunicará si decide evaluar o no la candidatura. En caso afirmativo, en otoño de 2017 Medina Azahara recibirá la Misión de Evaluación del Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (Icomos). La decisión definitiva de la Unesco sobre la declaración del Patrimonio Mundial se conocerá en julio de 2018. Por lo tanto, en caso de que supere los dos filtros, pasarán más de dos años hasta el nombramiento.

Pero el camino no acaba con la declaración como Patrimonio Mundial. La Unesco establece varios mecanismos de seguimiento del estado de conservación de los bienes. Por un lado se realizan informes periódicos que se llevan a cabo cada seis años y, por otra parte, se establece un mecanismo denominado de monitoreo reactivo, que consiste en el seguimiento de un bien que se encuentra amenazado por alguna circunstancia. Por último, para casos de máxima urgencia se realiza un seguimiento reforzado más continuado y constante.

El proceso de información periódica proporciona una evaluación acerca de la aplicación de la Convención de Patrimonio Mundial y suministra información actualizada para registrar posibles cambios en el estado de conservación. Este seguimiento sirve además para crear un mecanismo de cooperación regional y de intercambio de información y de experiencias sobre la conservación entre los Estados.

La lista de Patrimonio Mundial incluye en la actualidad 981 bienes que están distribuidos por 160 países. España, con 44, es el tercer país con mayor número de sitios inscritos. Estos bienes se dividen en tres categorías en función de sus características: bienes culturales, bienes naturales y bienes mixtos (poseen valores tanto culturales como naturales).

El secretario de Estado de Cultura, José María Lassalle, indicó ayer que a partir de ahora se establecerán "una serie de protocolos" porque el consejo es consciente "de que la tramitación de las candidaturas ante Unesco requerirán de criterios tremendamente selectivos desde un punto de vista técnico". Por lo tanto, "las propias administraciones instaremos a que las comunidades sean restrictivas en los planteamientos de peticiones de declaración en la medida en que la propia Unesco ha trasladado que ya no se puede ir produciendo con la habitualidad que se daba en otros momentos la presentación de candidaturas en número amplio por parte de un país como España". En ese sentido, Lassalle invitó a "hacer todos un esfuerzo para comprender que a partir de ahora tendremos que ser extraordinariamente selectivos, muy rigurosos, muy responsables y muy solidarios interterritorialmente".

Así, animó a ser "comprensivos" porque "desde Unesco nos van a poner objeciones habida cuenta del alto número de declaraciones de patrimonio que tenemos y que evidencian que España es uno de los países con mayor patrimonio histórico a sus espaldas". "Hay otros que también aspiran a tener ese reconocimiento" y, por ello, la Unesco sólo permite a España presentar una candidatura por año.