FERIA DEL LIBRO

Frente a frente con el lector

  • La segunda jornada de la muestra ofrece el contacto directo entre los autores de las obras y el público que adquiere sus historias y trabajos

Un momento del encuentro de Sara Mesa, a la izquierda, con los clubes de lectura.

Un momento del encuentro de Sara Mesa, a la izquierda, con los clubes de lectura. / Juan Ayala

Hay quien sostiene que la biblioteca o las estanterías con libros de una casa dicen mucho o es el reflejo de quien vive en ellas. Luego hay otras personas, como la japonesa Marie Kondo –la supuesta nueva gurú mundial del orden en las casas–, que sostiene que apenas hay que vivir con una treintena de libros o con aquellos que “hayan cumplido su cometido”.

Pues bien, cada uno puede pensar lo quiera, pero darse un paseo estos días por la Feria del Libro en Córdoba ofrece toda una aventura literaria, en la que se pueden descubrir títulos nuevos, dejarse embaucar por historias o relatos con los que dejar volar la imaginación por un momento e introducirse en historias efímeras y de hojas contadas que concluyen con tres letras: fin.

Así, la Feria del Libro –que se celebra hasta el próximo domingo– es ese lugar en el que perderse por un momento y dejarse seducir por el mundo de las letras y, por ejemplo, llevarse sorpresas al encontrar en sus casetas a escritores que conversan con sus lectores.

Encuentro con los clubes de lectura

Es justamente lo que ayer hizo Sara Mesa, autora de Cara de pan, quien mantuvo un encuentro con representantes de los clubes de lectura de la Red Municipal de Bibliotecas.

La escritora madrileña reconoció que eso de enfrentarse con quien ha leído tus obras no es nada fácil y anotó a el Día que “el paso a hablar con ellos es complicado”. “Para un escritor, el paso de hablar de un libro es difícil, porque escribes para que sea lea y no para contar tu libro”, consideró.

Ante las preguntas de los lectores y de los medios de comunicación, la autora añadió que “a veces te sometes a una especie de tercer grado que puede ser muy instructivo, pero siempre voy con cierta sensación de pavor y me pregunto: ¿habré entendido mi propio libro?”.

En Cara de pan, Mesa muestra dos personajes que parecen alejados a primera vista, pero que finalmente se complementan.

Por un lado, una niña que roza la preadolescencia y humillada por sus compañeras de colegio. Por otro, un hombre mayor reservado, con quien se encuentra en el parque en el que ambos se refugian o se esconden, pero con quien entabla amistad por extraño que parezca. Al respecto, su autora aseguró que su libro “no es nada fantástico ni inverosímil, ni tampoco alejado de la realidad”.

“Hay un montón de personajes que tienen características que consideramos extrañas y fuera de lo normal y consideramos que son muy peculiares”, insistió.

Algunos de los asistentes al encuentro con la autora Algunos de los asistentes al encuentro con la autora

Algunos de los asistentes al encuentro con la autora / Juan Ayala

De la protagonista, destacó que “representa las dificultades de crecer y adaptarse, de pasar a entrar en el mundo adulto con toda la crueldad e imposiciones muchas veces arbitrarias que tiene el mundo adulto”.

El hecho de que el otro personaje sea un hombre de mayor edad es un punto que defiende, ya que su juicio los personajes “pueden manifestar sus peculiaridades y características mediante el diálogo con otros similares”.

“Lo curioso de esta novela es que en las dos personas similares en apariencia o que para la sociedad son muy diferentes, hay un fondo común que los une que es donde se encuentran; es donde está el contraste”.

Presentaciones y firmas de libros

La presencia de Sara Mesa no fue la única ayer en la Feria del Libro, que contó con un pasacalles musical con la banda del Capitán Topacio.

Alejandro López Andrada, con Los árboles que huyeron; Patricia Hidalgo, con El ejército de las sombras; o Roberto Loya, con La sombra de Buda, fueron otros de los autores que acudieron a la muestra.

A ellos se suman José María Micó, con su traducción de Comedia de DanteJuan José Primo Jurado con Esto no estaba en mi libro de la Guerra Fría; y David G. Lago con Animalicémonos.

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