israel fernández. cantaor

"La personalidad sólo nace escuchando"

  • El intérprete, que estos días acompaña a Sara Baras en su espectáculo 'Sombras', acaba de sacar al mercado 'Universo Pastora', un homenaje a la familia Pavón

"La personalidad    sólo nace escuchando"

"La personalidad sólo nace escuchando" / El cantaor, de 28 años y nacido en un pueblo de Toledo,

Por la mañana se pone a Paco de Lucía ("es muy importante lo primero que escuchas en el día... Como las primeras palabras que dices, también son importantes") y eso nos da una idea de lo que le gusta la guitarra. A morir. También nos da una pista el lóbulo izquierdo de su oreja, del que cuelga una pequeñita sonanta que se balancea a la orden de su cuerpo, que se arquea inquieto cuando de verdad le interesa alguna pregunta. A Israel Fernández le gusta la guitarra pero el cante es su vida, es tan parte de él como su herencia gitana que se remonta a siglos. El cante es "una galaxia con sus planetas como, ¿qué te digo?, Juan Talega sería uno, Manuel Torre sería otro, Vallejo, Mojama..." y "a mil años luz, cogiendo una nave a dos mil kilómetros por hora y viajando dos mil años, llegarías a otra galaxia donde están Paco de Lucía y Camarón". "¿Y Pastora? ¿Y la casa de los Pavón?", le preguntamos. "Esos, un universo".

Universo Pastoraes el trabajo que trae bajo el brazo (metafóricamente hablando) el cantaor que estos días, junto a Rubio de Pruna, acompaña a la gaditana Sara Baras en Sombras, como ya lo hizo en Voces. "Trabajar con Sara ha sido una forma de aprender mucho musicalmente, estoy muy feliz y contento de compartir escenario y experiencias con un gran referente del flamenco actual como ella, es una genia", reconoce el artista de 28 años nacido "en un pequeño pueblo de la Mancha" (Corral de Almaguer, Toledo) y que tiene el duende clavado en la garganta.

Yo mezclo flamenco con flamenco. Es un arte que engrandece a otras músicas y a él no le hace falta nada"

"Yo creo que el cante es un don, es una cosa de nacimiento, te lo da dios, pero hay que cuidarlo y mimarlo, como a un hijo para que salga bueno", reflexiona el intérprete, dado mucho al paralelismo, que con la misma "naturalidad" se planteó este Universo Pastora.

"No fue algo pensado ni pretendido. Yo escucho flamenco desde muy pequeño pero hay artistas que te cambian y te marcan, y Pastora es una de ellos. Cuando escuché a Pastora me abrió un universo de música, de ritmos, un concepto nuevo, porque ella estaba muy avanzada para su tiempo", explica Fernández igual de embrujado por la Niña de los Peines que por la figura de su hermano Tomás Pavón y por la de su marido, Pepe Pinto. "Mira que los tres eran de la misma casa, pero cada uno tenía su cosa especial, su propia personalidad", aduce, incidiendo también en esa personalidad extraña y fascinante de Tomás, "es, en el buen sentido, el cantaor más oscuro del flamenco y el que, a la vez, tiene más luz", incide.

Y así, estando un día "en casa, en el pueblo", se le cruzó la idea de grabar los cantes de Pastora y de la casa Pavón. "Pensé en hacerlos pero a mi forma de verlos, dándoles más armonía, más música, cantarlos un poco más lentos para que se entendieran un poco más. Y así lo hice junto a mi compadre Carlos de Jacoba, que ha sido quien lo ha producido, un puntal de este disco porque sin él no hubiera sido lo mismo, hubiese salido otra cosa", reconoce el artista que desde bien pequeñito comenzó a cantar y a hacerse conocido en platós de televisión como el de Tu Gran Día, donde resultó ganador, o Gente de Primera, donde fue finalista. "Pero mira qué importante entenderse artista y productor, es una pareja, es como el amor, si no se entienden no funciona pero cuando uno se entiende sólo con la mirada pasan cosas bonitas", incide.

Y con ese mismo latido orgánico del amor y el gusto se planteó la selección de temas de Niña de los Peines, Tomás Pavón y Pepe Pinto que componen el disco. Una selección "no muy pensada", "muy espontánea", donde el artista ha escogido "los cantes donde más cómodo" se sentía "en ese momento" porque, recuerda, "como decía la cantaora jerezana María Sabina, el cante tiene horas". Aun así, reconoce que se ha quedado "con muchas ganas de grabar más cosas" porque, sobre todo, "la obra de Pastora es muy extensa". "Pero en el directo haré también lo que no he hecho en el disco", promete.

¿Y qué ha hecho? De todo, en cuestión de palos. Hay bulerías, hay granaína, seguiriyas, tangos, soleá por bulerías... Y una taranta. Lo último que grabó y que no sólo modifico en la forma... "Sí, le cambié un poquito la letra porque cuando dice que al hermano lo han asesinado me daba mucha pena así que le quise dar un poco de esperanza y lo cambié por otra situación, "encerraíto se acaba de quedar el hermano que más quiero"; no sé, prefiero sentirme cómodo con lo que canto..." Con las letras, se entiende, porque en cuanto a estilos Fernández no tiene preferencias. "Es como la comida, un día tienes hambre y te comes un arroz, un pollo y unas habichuelas y otro día te comes un bocadillo, y te hacen el mismo servicio", ríe.

Estilos, muchos, pero flamencos, siempre. "Yo mezclo flamenco con flamenco porque yo creo que el flamenco es la música más agradecida que hay, engrandece a otras músicas pero a él no le hace falta nada, para qué te voy a engañar", se sincera el cantaor de ideas bien claras: "¿Personalidad, dices? ¿Te digo cómo nace la personalidad? Mira, cuando uno intenta las cosas a la fuerza eso crea una tensión mala. Cuando uno escucha y escucha, dentro de esa afición, nace una frescura porque antes ya has obtenido toda la información necesaria para ver el cante a tu manera, pero si no tienes información puedes caer, casi seguro, en la trampa de la repetición. Por eso creo que la personalidad sólo nace escuchando".

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