Aprender divirtiéndose no es imposible. Ayer, un grupo de 25 personas disfrutó de uno de sus principales hobbys adentrándose en algunos de los enclaves tradicionales con más encanto de la ciudad. Con esta actividad, la bicicleta y la cultura van de la mano con el único fin de fomentar el uso de este medio de transporte y conocer anécdotas de la historia de Córdoba.

El punto de partida de la peculiar excursión fue el centro de educación vial del Paseo de la Victoria. El monitor de la actividad, el arqueólogo César Pérez, fue el encargado de adentrar a los participantes en los intríngulis de las leyendas urbanas más apasionantes. Escoltados por una pareja de la Policía Local, los ciclistas continuaron en dirección a la Mezquita, donde Pérez les habló del mito de la existencia de un túnel subterráneo que comunicaba la ciudad palatina de Medina Azahara con el principal símbolo de Córdoba. Dicha conexión, según marca la leyenda, aún no ha sido descubierta, y por ella accedía el califa directamente a caballo a la Mezquita para sus rezos diarios. La existencia de este paso secreto es más que improbable, pero su difusión por el boca a boca ha hecho que muchas cordobeses lo cuenten como una historia verídica a los visitantes, apuntaba el arqueólogo.

Los participantes, entre los que destacaban familias completas, grupos de amigos e, incluso, personas de avanzada edad, continuaron su rumbo hacia la calle Cabezas para conocer la leyenda de los Siete Infantes de Lara, una historia que cuenta el enfrentamiento de dos familias castellanas en tiempos del conde Garci Fernández, a finales del siglo X. La plaza del Potro fue otra de las paradas para conocer la trágica historia del posadero durante el reinado de Pedro El Cruel.

Esta actividad, promovida por la Concejalía de Medio Ambiente del Ayuntamiento y desarrollada por la empresa Zumaya Ambiente Creativo, trata de dar respuesta a las inquietudes ecológicas y culturales de un sector de la sociedad. "Suelen ser personas con mucho interés por conocer las tradiciones y el patrimonio de Córdoba" apostillaba Pérez. El recorrido también incluyó visitas al Palacio de Orive y a las calles Mancera y del Duende.