38º festival de la guitarra

El espectáculo de fuego y acrobacias de Kiss llega a la Plaza de Toros

  • La banda norteamericana, característica por su puesta en escena, acerca el concepto de rock teatral hasta Los Califas en el concierto estrella de esta edición de la cita con las seis cuerdas

Marta Pereira da Costa, en uno de sus recitales.

Marta Pereira da Costa, en uno de sus recitales. / e. d. c.

Su atuendo y puesta en escena, además de su música, han hecho de Kiss una de las bandas más reconocidas del mundo. Y el trigésimo octavo Festival de la Guitarra cuenta en su cartel con ellos, un grupo de los que ha marcado historia. Tras más de 45 años de trayectoria, el grupo norteamericano continúa demostrando por qué es la banda de hard rock más exitosa de todos los tiempos y así lo quiere dejar claro esta noche en la Plaza de Toros de Los Califas en un espectáculo de fuego, acrobacias y muchos decibelios.

La agrupación formada en Estados Unidos a principios de 1973 por el bajista Gene Simmons y el cantante Paul Stanley complacerá a sus seguidores más fieles con un repertorio en el que no faltarán grandes éxitos como I Love it Loud, Deuce y Shout it out Loud. En resumen, Kiss ofrecerá "el mayor show de rock and roll del universo", tal y como anuncian en su web, en un concierto donde no faltará la atronadora pirotecnia, baterías elevadas, plataformas hidráulicas, lluvias de confeti… y toda la parafernalia que habitualmente acompaña cada actuación de esta legendaria banda. El de Córdoba será uno de los cuatro únicos conciertos que la banda dará este año en España junto a los de Madrid, Barcelona y Galicia.

Kiss llevó el concepto del rock teatral a otro nivel desde sus inicios en 1973. El maquillaje y la creación de personajes tras los cuales se ocultaban los miembros de la banda fue el responsable de una mística que ninguna otra banda ha conseguido explotar de la misma manera desde entonces. Con más de una veintena de discos y un sinfín de conciertos a sus espaldas por todo el planeta, Gene Simmons, Paul Stanley, Eric Singer y Tommy Thayer descargarán toneladas de rock and roll en estos cuatro únicos conciertos en España que quedarán para el recuerdo.

Pero Kiss no llegan solos. Para ir abriendo boca, Mägo de Oz, una de las mayores bandas de heavy metal nacional, se subirá al escenario de la Plaza de Toros. Con una carrera que ya excede los 30 años de duración, pocos grupos del país son capaces de hacer sombra al legado de la banda liderada por Txus di Fellatio. Himnos como Fiesta Pagana, Molinos de Viento o Hasta que el Cuerpo Aguante sonarán antes de la irrupción de los norteamericanos.

La banda fundada en Madrid, cuyo salto al escenario está previsto a las 21:30, llega a Córdoba inmersa en la gira de su treinta aniversario, algo que está conmemorando con Ilussia Tour, un recorrido por su trayectoria.

Y antes del concierto de Mägo de Oz, en torno a las 20:20, el público podrá calentar motores con la actuación de The Blackmordia. Esta jovencísima banda metalcore (la edad media de sus integrantes es de 20 años) procede de París. Se formó en 2013 y su público se ha forjado gracias a diferentes trampolines: radio, prensa e incluso televisión a nivel nacional. Sus letras tratan temas actuales y muy comprometidos con la sociedad francesa. En 2016 lanzó su primer y único EP.

Por otro lado, el guitarrista onubense Juan Carlos Romero ofrecerá esta tarde (20:30) en el Teatro Góngora un concierto flamenco pero con altas dosis de clásica; y lo hará con el estreno absoluto de Al borde del aria. En este ambicioso trabajo, no exento de un cierto vértigo, confluyen lo culto y lo popular, conduciendo a lo que se conoce popularmente como música clásica, pero encontrándose con elementos significativos del folclore andaluz y el flamenco. Es decir, en esta ocasión, el maestro de Huelva se viste de clásico para interpretar a Vivaldi, Bach, Verdi, Schubert, Rachmaninov, Bizet, Falla o Rossini, pero con cierto acento flamenco.

La guitarra será el principal instrumento del concierto, pero destacará también el acompañamiento de otros como el violín o el cello y otros menos habituales en la interpretación de este tipo de obras, como el bajo eléctrico o las percusiones étnicas. También la voz tendrá un destacado espacio con representación lírica y flamenca, juntas y por separado.

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