Luis García Montero. Escritor

"Les diría 'No me cuentes tu vida' a los que creen que todo lo legal es legítimo"

  • El granadino presenta mañana en el ciclo 'Letras capitales' su novela 'No me cuentes tu vida', en la que rescata el paisaje sentimental de la Transición a través de tres generaciones.

¿Qué reacción cabe esperar de un padre que encuentra a su joven hijo perdidamente enamorado de la asistenta rumana? Ese el punto de arranque de la segunda novela de Luis García Montero, una oda en prosa al amor y al compromiso humano con la que el poeta granadino consolida su salto a la narrativa. No me cuentes tu vida, publicada por Planeta, es el sugerente y provocador título de la obra que el también catedrático de Literatura presentará mañana (20:00) en la Delegación de Cultura de la Junta de Andalucía en Córdoba, dentro del ciclo Letras capitales.

-¿Cómo surge el argumento de la novela?

-Nace de mi preocupación por el cambio generacional, que en España ha tenido una brecha insalvable. El paso de la dictadura a la democracia no fue solo una nueva etapa política sino que se tradujo en una realidad antropológica: el cambio de un país en estado de pobreza que se instala en el consumo más desarrollado, un hecho que ha marcado la educación sentimental de la gente. El argumento nace también de mi preocupación por la inseguridad de que la vida futura sea mejor. Esta seguridad tradicional es un relato que se está quebrando.

-¿Qué pretende con esta diversidad generacional?

-La novela utiliza como metáfora la familia para mostrar la historia de España en los últimos cincuenta años. Además he elegido el tema de la familia porque en la cultura española ha servido para apoyar ideas tradicionalistas y clericales que no tienen cabida en la coyuntura de crisis de hoy en día. Por otro lado, la supervivencia de las familias se debe al apoyo y a los cuidados entre sus miembros y eso es lo que crea los vínculos fundamentales.

-¿Qué historias del día a día apoyan la novela?

-El argumento se desarrolla en imágenes concretas. Es el caso de la familia rumana bañándose en el Jarama, que no sólo me recuerda a la novela de posguerra de Sánchez Ferlosio sino a mis recuerdos de infancia en las pozas del río Genil. También me conmueve la historia de la pareja de novios latinoamericanos que se besan largamente en el portal del edificio donde ella trabaja, que es el portal de mi casa de Madrid y que me recuerda a los novios de los años 60 en España. Imágenes como esa validan la continua comparación que hago en la novela del pasado con el presente.

-¿Empatiza con las vivencias de las tres generaciones?

-En esta novela siempre está presente el intento de entendimiento entre generaciones; un sentimiento que pasa por asumir las contradicciones y comprender la verdad como punto de encuentro. La comprensión es el rasgo de esperanza que nos queda y por esta razón No me cuentes tu vida pretende recuperar los valores que hacen un mundo más humano. Ésta es una de las aportaciones de la literatura. Los pros y los contras de cada personaje están para intentar comprenderlos.

-¿Se verá el lector irremediablemente identificado en las vivencias de los personajes?

-Entiendo que sería un signo muy positivo. Ello significaría que los personajes tienen cuerpo y alma.

-¿En qué desemboca la historia de amor entre Ramón y la joven rumana?

-Cuando el protagonista se percata de la relación, se ponen en marcha muchos pensamientos complejos. Además de un cierto clasismo que el matrimonio no logra superar, las preocupaciones que surgen son las lógicas de unos padres que advierten una total incertidumbre en el futuro de su hijo. Por otro lado, la reaparición de Rumania en sus vidas permite que la familia tenga una meditación sobre la ideas políticas que tanto peso tienen en la vida del personaje principal, militante comunista.

-¿Por qué plasma el tema de la inmigración?

-Pretendía mostrar realidades paralelas y el mundo de la inmigración está muy presente en la vida de este país. Es importante percatarse de cómo la inmigración también se mezcla con la realidad española y en qué medida esas personas desarrollan un sentimiento español. Además, pese a su trascendencia y actualidad, el de la inmigración no es un tema presente en la literatura.

-¿Es No me cuentes tu vida una novela autobiográfica?

-Tiene claramente rasgos autobiográficos. El personaje principal se ha criado a las orillas del Genil, es poeta y catedrático de literatura y al igual que yo es un neurótico que vive en una eterna comparación, buscando metáforas de la realidad. Además, la novela narra la amistad de Juan con un poeta de la Generación del 27 que no es sino el resumen de mi relación con Rafael Alberti. En este sentido he usado mi propia experiencia sentimental.

-¿Por qué en su segunda novela se inspira nuevamente en un poeta?

-No será lo que Dios quiera narra las vivencias de la infancia de Ángel González y esta vez he intentado ordenar toda mi experiencia sentimental. Y claro, Rafael Alberti está presente porque ha tenido mucha importancia en mi formación, educación y mi manera de entender la realidad.

-¿De qué manera aparece representado el poeta gaditano?

-Está representado en la figura de un poeta lleno de vivencias que mantiene una amistad con un joven, también literato y de izquierdas. Entre ellos se produce una fuerte discusión sentimental porque las generaciones tienen distinta educación. El escenario de esta amistad es la caída del régimen comunista en Rumanía. En este marco, el poeta joven de izquierdas ve en las retóricas de las dictaduras el hombre nuevo que acaba en la pobreza. En cambio, el poeta adulto, curtido en la guerra, defiende el estalinismo porque un día fue el salvador del nazismo.

-¿El empeño constante de la memoria impide el camino del progreso?

-La memoria se convierte en una trampa si le cierras los ojos al presente, sin embargo resulta fundamental para el relato del futuro. La necesidad de recuperar el pasado es lo que nos vincula. Hablando de la memoria histórica, si se opta por el olvido como solución todo se llena de silencios y agujeros incómodos. De esta manera las heridas no cierran. En definitiva, la memoria en el sentido que sea, es el conocimiento de la verdad que permite acabar con los problemas.

-¿Por qué el título No me cuentes tu vida?

-El protagonista descubre la relación amorosa que su hijo mantiene con la trabajadora rumana. Y tras ello padre e hijo mantiene una discusión que culmina con un "no me cuentes tu vida" por parte del joven. En ese momento, Juan escribe a Ramón su historia para decirle que no pueden renunciar a contarse sus vivencias. El título alude a los malentendidos entre generaciones.

-¿A quién le diría No me cuentes tu vida?

-A la gente que confunde los intereses financieros con los intereses de un país. A los que se creen que todo lo legal es legítimo y a los que piensan que la inmigración es la culpable de todo.

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