Crítica de Teatro

Sobre el daño que hace el tabaco

Una escena de 'Smoking room', el viernes en el Teatro Góngora.

Una escena de 'Smoking room', el viernes en el Teatro Góngora. / jordi vidal

Quince años después de su estreno en la gran pantalla, aclamada por público y crítica, Smoking room llega a los escenarios bajo la adaptación y dirección de Roger Gual, uno de los creadores de la película. La recogida de firmas por parte de uno de los empleados de la oficina filial de una multinacional norteamericana solicitando una habitación para fumadores es el hilo conductor por donde seis personajes prototípicos dan la cara (o la ocultan, según se mire) para mostrar a través de sus conversaciones unas vidas marcadas por el vacío y la insatisfacción.

La escenografía de Almudena Bautista y la iluminación de David Picazo crean una ambientación marcada por los principios de coherencia y simplicidad tan necesaria como acertada para esta historia dominada por escenas a dúo donde Roger Gual deja su impronta al conservar la esencia del filme original con el propósito de emplear toda la chicha sobre el magnífico grupo de actores que no defrauda a la hora de tomar las riendas del texto y empujar sus personajes con fuerza y aplomo. Asombra ver cómo son capaces de emplear energía y gesto necesarios para que el drama adquiera tintes cómicos, algo en lo que, sin menospreciar al resto de compañeros, Secun de la Rosa y Edu Soto se llevan la palma.

Smoking room es un ejemplo de cómo nuestro comportamiento cambia según el cuándo y el dónde. Frente a la opacidad de los protagonistas mientras ocupan sus escritorios con sus conversaciones ridículas y triviales, aparecen en contraposición otros espacios donde, con total transparencia, compartirán sus quejas, anhelos, miedos frustraciones y rabia. Es en estos lugares fuera de la oficina donde el momento del cigarro representa la liberación, desahogo y el compadreo, pero también donde hay cabida para rebelarse, medrar y conspirar. Un terreno arriesgado para gerifaltes deseosos de preservar el orden establecido. Visto así, fumar puede ser peligroso. Y pensar… mejor no hablemos.

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