Cultura

Una muestra ahonda en las conexiones entre el Inca Garcilaso y Luis de Góngora

  • La Mezquita-Catedral acoge hasta el 12 de julio la exposición 'Príncipes de las letras', formada por una veintena de paneles y 12 documentos históricos sobre los dos escritores cordobeses

El Inca Garcilaso y Luis de Góngora vivieron en la Córdoba de finales del siglo XVI y principios del XVII y, aunque "no hay testimonios escritos sobre un encuentro real", lo más probable es que éste sí sucediera porque "desde 1591 a 1616 convivieron en la misma ciudad y eran prácticamente vecinos", aseguró Joaquín Roses, comisario de la exposición Príncipes de las letras, que se inauguró ayer en la Mezquita-Catedral. El Inca vivía en la calle Deanes desde 1601 y Góngora en la calle de las Pavas, a lo que hay que sumar las amistades comunes que tenían. E incluso tenían relaciones de parentesco: el tío del Inca Alonso de Vargas estaba casado con la tía paterna de Góngora, por lo que "eran primos políticos". A partir de ahí, apuntó Roses, se establecen una serie de conexiones que tienen que ver con herencias recibidas, citas del Inca en libros donde también colabora Góngora, por ejemplo en uno de Francisco de Castro de arte y retórica.

La exposición -organizada por la Cátedra Góngora, el Instituto Nauta y el Foro Osio- está formada por una veintena de paneles e incluye una docena de piezas originales como el testamento del Inca, recientemente restaurado, y la almoneda de sus libros (que se expone por primera vez) en torno a la que giró la conferencia que ofreció la investigadora Amelia de Paz. El visitante podrá ver actas del Archivo Capitular de la Catedral en las que se recogen peticiones que hace el hijo no reconocido en vida pero sí a título póstumo del Inca Garcilaso de la Vega, "que primero solicita ser sacristán de la capilla de su propio padre (que el Cabildo le concedió) y el enterramiento de su madre, Beatriz de la Vega, en ese mismo espacio", indicó el también comisario Luis Palacios.

Amelia de Paz centró su conferencia en la almoneda del Inca, expuesta por primera vez

A esto hay que añadir impresos como el Polifemo y el segundo tomo de las obras de Góngora comentadas por Salcedo Coronel y, en el caso del Inca, la primera edición de los Comentarios Reales, de 1609, y la Historia General del Perú, de 1617. Roses apuntó que además hay una vitrina "exquisita" con tres libros de los eruditos de la época Francisco Fernández de Córdoba, Francisco de Castro y Bernardo de Alderete, tres conocidos de Góngora y del Inca. Los objetos proceden del Archivo Capitular de la Catedral, del Archivo Histórico Provincial, de la Fundación Ruiz Luque (Montilla) y de la Biblioteca Provincial de Córdoba. A esto hay que añadir un retrato del Inca cedido por el Ayuntamiento de Montilla.

La muestra profundiza en esas conexiones y en esa "conciliación" porque "en el propio Inca se da esa armonización de sus dos sangres, sus dos culturas, lo europeo pero también lo quechua", indicó el comisario. "La conciliación, el diálogo, es un mensaje positivo para los tiempos que corren", agregó. De hecho, en 1590 traduce los Diálogos de amor de León Hebreo, uno de los más importantes tratados filográficos del Renacimiento.

En el caso de Góngora "también nos da lecciones porque reconoce lo esencial del ser humano, que es el lenguaje, lo respeta y busca siempre con ese anhelo de perfección la exquisitez en su uso y la precisión". Roses puntualizó que "antes y después de Góngora se escribe de una manera o de otra, él marca un hito, es un renovador de la literatura y del lenguaje".

Por su parte, Palacios indicó que "más allá de las conexiones familiares y sociales, ambos decidieron descansar en paz en este conjunto monumental de la Mezquita-Catedral". "Estamos hablando de una convivencia de 25 años que se extiende incluso más allá", como se ve en uno de los documentos que se exhiben en la muestra, que también incluye "piezas únicas".

En paralelo a la exposición se ha programado un ciclo de conferencias en las que se repasarán otras relaciones y conexiones de Góngora con autores coetáneos. José Manuel Rico será el encargado de estudiar su vinculación con Miguel de Cervantes (24 de abril), Antonio Carreño analizará las cartas contra Góngora de Lope de Vega (14 de junio) e Isabel Pérez Cuenca las conexiones con Francisco de Quevedo (21 de junio).

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