Sergio Dalma. cantante

"Las canciones que son buenas, al final sobreviven al tiempo"

  • El artista regresa el sábado 22 de septiembre al Teatro de la Axerquía con la tercera entrega de su 'Vía Dalma' en un concierto en el que no faltarán los grandes éxitos de su carrera

Sergio Dalma, en una imagen promocional.

Sergio Dalma, en una imagen promocional. / e. d. c.

Sergio Dalma (Sabadell, Barcelona, 1964) llegará el sábado 22 de septiembre al Teatro de la Axerquía con la última parte de su trilogía Vía Dalma, un trabajo en el que recupera grandes temas de la canción italiana, imprimiéndoles su sello tan personal. Pero en esta cita con el público cordobés no faltarán los grandes éxitos de su carrera como Bailar pegados, Esa chica es mía, Galilea o Solo para ti.

-¿Por qué ha elegido este momento para retomar Vía Dalma?

-Es el cierre de la trilogía, un proyecto con el que he disfrutado un montón; al final no deja de ser algo que te traslada a otra época, a tus inicios, y te recuerda a la música que sonaba en casa de tus padres.

-Entonces esa atracción por la música italiana le viene de la infancia.

-En aquella época es cierto que todas estas canciones sonaban en la radio. Ganaban en el Festival de San Remo y a la semana ya estaban aquí cantadas en castellano. Aparte de eso, mis padres eran seguidores de la música italiana y a mí me llamaban la atención esas voces, tan distintas a lo que yo estaba acostumbrado a escuchar, tan rotas, tan pasionales...

-¿Cómo consigue hacer suyas esas canciones y darles ese toque Sergio Dalma tan característico?

-Ese es el atractivo de este proyecto. Son temas que tengo muy en la mente con la voz de los artistas originales, con lo cual lo complicado es hacer la selección y llevar esas canciones de diferentes estilos a tu terreno, darles tu personalidad y que no suenen a covers sino que la gente las descubra y pueda decir "oye, pues sí, es Sergio Dalma". No se trata de intentar mejorar o superar la versión original sino que suenen a Dalma.

-De hecho, con los dos anteriores Vía Dalma ya ha descubierto muchas canciones italianas a gente que antes no las conocía o no las entendía de la misma manera.

-Sobre todo a jóvenes. En un principio esto era para refrescar la memoria de aquella generación que nos las enseñó, pero lo importante ha sido que mucha gente joven las ha descubierto; incluso algunos pensaban que eran mías. Eso es bueno, es lo mágico que tiene la música: las canciones que son buenas, al final sobreviven al tiempo.

-En este disco, a los clásicos suma algunos contemporáneos.

-En esta tercera entrega hemos intentado buscar aún más la popularidad de las canciones, desde Domenico Modugno y Nicola Di Bari a este Yo que no vivo sin ti y Ricchi e Poveri. Lo importante es no tener miedo a mezclar temas muy clásicos con otros más actuales.

-Son canciones de otra época y con letras que hoy en día no se aceptan como correctas, no son bien vistas. ¿Ha recibido críticas por cantarlas?

-Si te digo la verdad, no sé si las he recibido. Si las he recibido me trae sin cuidado porque son canciones que no están escritas por mí y son de otra época. También te digo que hoy en día, tanto mirar con lupa, me parece que se ha llegado a un punto fuera de lugar. Evidentemente, cuando las cosas se hacen con menosprecio o resaltan algo soez, claro que son criticables, pero vivimos un momento en el que se habla de prohibir otra vez muchas cosas, y eso, por suerte, forma parte de un pasado bastante lejano.

-El fruto de eso, por ejemplo, son las condenas de cárcel a varios raperos.

-Creo que está todo un poco fuera de órbita. También tienen que ver las redes sociales; son como un altavoz, un amplificador con el que a veces se agrandan las cosas más de la cuenta. Al final, deberíamos ser más permisivos. No se puede permitir el insulto pero estamos en un momento de prohibir demasiadas cosas.

-¿Cómo será su concierto en Córdoba?

-Intentamos invitar a la gente a que pasee por ese Vía Dalma que ya casi es una avenida porque con estos tres discos... Luego hacemos un repaso por las canciones de siempre pero con nuevos arreglos. Hay momentos íntimos y otros en los que intentamos que el público se ponga de pie y baile.

-Si no cantara sus clásicos, daría la sensación de que el concierto ha quedado incompleto.

-Sí, para el público y para mí mismo. Hay canciones que no he dejado de cantar en estos 30 años y creo que soy incapaz de bajar del escenario y no hacerlo. Bailar pegados, Esa chica es mía, Solo para ti, La vida empieza hoy y Galilea son mi ADN.

-Tras 30 años de carrera, ¿hay algo que le quede pendiente de hacer?

-Siempre he dicho que lo mejor está por llegar. Eso me anima a seguir trabajando y tener ilusión por seguir sorprendiendo al público, mantener esa buena conexión con él. Trabajar con nuevos autores y productores te da un aire nuevo y eso siempre gusta.

-Una de las cosas novedosas que ha hecho últimamente es la música de la serie Paquita Salas. ¿Cómo ha sido la experiencia?

-Me apetecía mucho trabajar con gente tan talentosa como los Javis. Es una serie que me llamó mucho la atención, me identificaba con muchas cosas porque no deja de ser una parodia del mundo de la farándula.

-¿Cómo ve el panorama musical español? ¿Hay calidad en los jóvenes que van saliendo?

-Soy muy optimista, creo que hay gente muy preparada y con mucho talento. Además, se está consumiendo más música que nunca porque la sociedad ha cambiado.

-A pesar de todas estas nuevas figuras que surgen, Sergio Dalma sigue en primera línea. ¿Cómo consigue mantenerse?

-Trabajando mucho. Esta gente joven que sale te pone las pilas, es buena esa competencia y ese relevo generacional. España ha aprendido a que los artistas -veteranos y jóvenes- sepamos convivir. Eso de que cuando un artista cumplía años se olvidaban de él es parte del pasado. La gente quiere recibir buena música, venga de quien venga.

-¿Cómo está viviendo desde fuera la situación de Cataluña?

-Como cualquier ciudadano pero siendo catalán te afecta mucho más. Un poco desencantado, desanimado, pero nunca hay que perder el optimismo. Espero y deseo que con el nuevo gobierno haya ese ánimo de intentar llegar a un punto de entendimiento. Sobre todo que no vuelva a ocurrir lo que ocurrió ese 1 de octubre, que desgraciadamente dio la vuelta al mundo.

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