Cultura

Al borde del hechizo

Fecha: lunes 6 de julio. Lugar: Teatro de la Axerquía. Media entrada.

Había más inquietud en las filas altas que en las bajas, remolonas a la hora de moverse a la sombra de los ritmos variados de Ojos de Brujo. La timidez del público me hacía pensar aún más en la falta de una expectación a la hora de recibirles, sorprendido al encontrarme con una noche más discreta de lo que esperaba. Ojos de Brujo buscó el hechizo pero mis oídos se resistieron. Personalmente volví a estrellarme contra su repertorio. Ya me había pasado hace años en una actuación de sala pequeña en la que no acabé de cuadrar su propuesta. Algo faltó el lunes en esta nueva oportunidad para convencerme. Algo no me acabó de cuadrar.

Ni sus tentaciones africanas, ni los intercalados rumberos, ni el hip-hop que aderezaba algunas piezas fueron capaces de conseguir mi rendición, aunque sí fueron logrando la del público, que con tranquilidad se fue acercando a los pies de estos hechiceros. Ojos de Brujo se me resiste. No les encuentro el gusto. Van a caballo de una trayectoria consolidada basada en sones flamencos y magrebíes, entre otros muchos provenientes de los rincones más insospechados, y un presente que intenta vislumbrar un poco más de claridad en las canciones a base de acercarse a arreglos más luminosos, a letras poéticas y filosóficas, comprometidas, y a una estética que ha evolucionado hacia cierta "burguesía" sonora que no quisiera pensar envidian de otros como Chambao.

Cierto es que todo sonaba muy étnico, muy mestizo, muy de todas partes y de ninguna. Con una banda diestra y divertida, con Marina al frente haciendo de todo un poco, actuando de anfitriona de una estética acorde a sus ansias "techarí", palabra que la banda traduce como "química libre de las cosas pequeñas" y que incluye connotaciones de sensualidad y de multiculturalidad. Una bailaora ponía contrapunto estético a la formación, que presentaba en Córdoba su gira Aocaná!, más latina que nunca, pero ahora buscando escalones más altos que aúpen una carrera ya larga y aún en evolución.

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