-La Capitalidad Cultural de 2016 ha generado una expectación enorme en España. Ya hay casi 20 candidatas.

-La ampliación de la Unión Europea ha provocado que, para un país, tener una Capital Cultural de Europa sea una oportunidad que se presente cada muchos años. Por eso las ciudades lo perciben como un ahora o nunca. Si gana Córdoba, desde 2011 hasta 2016 hay mucho tiempo para trabajar. Normalmente en este tipo de acontecimientos se trabaja con menos tiempo. Es una antelación muy grande y muy saludable. Soy de educación francesa y muy cartesiana y me importan mucho los tiempos y las puntualidades. Me gusta trabajar con mucha antelación y estoy muy tranquila.

-¿Cómo resultó el primer contacto con los patronos de la Fundación?

-Yo fui, obviamente, la que más habló. Me hicieron algunas preguntas. Creo que les gustó mi planteamiento y que se solidarizaron conmigo. Yo noté buena disposición. La fórmula por la que ha apostado Córdoba, una fundación en la que participan cuatro entidades, Ayuntamiento, Diputación, Junta y Universidad, es muy cómoda para trabajar. Es la misma fórmula con la que yo trabajé en el Museo de Arte Contemporáneo de Vigo, si bien en aquel caso en vez de la Universidad había un banco. Yo ya he trabajado con una fundación de estas características y he puesto en marcha un proyecto cultural con cuatro socios fundadores, y es un modelo muy positivo porque ninguno manda sobre los demás y el proyecto es un poco de todos, se crean buenas sinergias. Un equilibrio de tensiones siempre beneficia a los proyectos; mi experiencia es que en el momento en que hay un socio mayoritario, los demás abandonan. En este caso creo que hay un equilibrio de tensiones positivo, y los equilibrios son los que hacen crecer las cosas.

-¿Habló con los patronos sobre el personal y la infraestructura que va a necesitar?

-No, es todavía prematuro. Lo que tenemos que hacer en primera instancia es sentarnos con la oficina y con las demás entidades, ver lo que ya está sobre el tapete y qué se puede apoyar o incentivar, analizar la situación y empezar a trabajar. Vengo a Córdoba con la actitud de complementar lo que ya está hecho. Hay que sumar. Hay mucho trabajo avanzado, afortunadamente para mí.

-¿Ha pensado habilitar espacios en la Fundación para dar cabida a otros sectores: empresarios, sindicatos, ciudadanos...?

-Me parece clave. Las entidades bancarias también tienen que entrar. Es algo que tendré que analizar con el Ayuntamiento y con el resto de patronos, siempre con los estatutos como referente. En todo caso, la estructura está hecha y es inteligente porque ninguna de las cuatro instituciones habría sido capaz de llevar el proyecto por sí sola.

-¿Cuándo tiene previsto establecerse en Córdoba?

-Espero que para noviembre. El Patronato tiene que hacer todavía una reunión para aprobar el presupuesto y está también la cuestión de la negociación contractual, que no puede iniciarse hasta que no se celebre esa reunión.

-¿Qué conocimiento previo tenía de Córdoba?

-Es un delito no conocer esta ciudad. La conocía como turista y este año estuve en una cena, en Bodegas Campos, con los miembros de Equipo 57, con los que he colaborado en algunas exposiciones.