Cultura

Último adiós a un poeta libre y sencillo

  • La cultura española despide a Ángel González, referente de la generación del 50, en una ceremonia marcada por los elogios a la coherencia ideológica e intelectual que mantuvo a lo largo de su vida

Los restos mortales del poeta ovetense Ángel González, fallecido el sábado a los 82 años, fueron incinerados ayer en el crematorio del cementerio de La Almudena de Madrid, hasta donde se trasladaron numerosos familiares y amigos, quienes le despidieron entre aplausos. Muchos de ellos coincidieron en destacar que la muerte de González, quien era académico de la Lengua, supone una gran perdida para la literatura y para la poesía española. Recalcaron que era un poeta libre y sencillo.

La viuda de González, Susana Rivera, explicó que sus cenizas serán trasladadas a Oviedo, ciudad natal del poeta, y serán esparcidas el próximo 19 de enero en una tumba de su familia.

El féretro llegó pasadas las diez de la mañana desde el Tanatorio de San Isidro al crematorio y en la capilla se celebró una ceremonia durante unos diez minutos. Entre los asistentes en el último adiós a González, se encontraba el director de la Real Academia de la Lengua, Víctor García de la Concha, quien aseveró que la muerte del académico asturiano supone una perdida enorme "para la literatura en general".

"Era un extraordinario poeta que deja detrás una escuela y era un gran hombre", indicó García de la Concha, para quien con el fallecimiento de González "el que ha perdido es el diccionario", ya que era un gran devoto de la palabra y del idioma español. "Logró contagiar toda la belleza y entusiasmo de la palabra a mucha gente", dijo.

También acudió al crematorio el coordinador general de IU, Gaspar Llamazares, quien lamentó la muerte del poeta, quien, en su opinión, era un gran intelectual y una persona comprometida con la izquierda.

El escritor y también académico Álvaro Pombo también se acercó al cementerio de La Almudena y destacó el sentido del humor que poseía González, "el poeta de la vida", una circunstancia que también fue recalcada por la actriz Pilar Bardem.

"La última vez que le vi fue en una cena con amigos; él quería huevos fritos y patatas fritas y los consiguió", explicó Bardem a los periodistas.

Por su parte, el secretario general de UGT, Cándido Méndez, subrayó que Ángel González era un gran amigo del sindicato y un gran poeta, libre, imaginativo, por lo que "su muerte supone una perdida enorme para la literatura en general y para la poesía española".

Otros asistentes fueron la portavoz de IU en la Asamblea de Madrid, Inés Sabanés; el poeta y novelista madrileño Luis Antonio de Villena; la escritora Almudena Grandes; el poeta asturiano Ricardo Labra; los cantantes Miguel Ríos y Joaquín Sabina; la esposa del ex presidente del Gobierno Felipe González, Carmen Romero, y el humorista y académico Antonio Mingote.

Ángel González fue galardonado en 1985 con el premio Príncipe de Asturias de las Letras y con el Reina Sofía de Poesía Iberoamericana en 1996.

Adscrito a la Generación del 50, su poesía social oscila entre dos polos temáticos, la solidaridad y la libertad, al igual que la de otros colegas generacionales como José Ángel Valente, Jaime Gil de Biedma, Carlos Barral, José Agustín Goytisolo y José Caballero Bonald, único superviviente ya de la generación junto a Francisco Brines.

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